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La reforestación del Camino de los Neveros cumple media década en plena expansión en Huétor Vega
La asociación Operación Encina, en colaboración con el Ayuntamiento, ha concienciado a la ciudadanía del municipio
Eduardo Tébar
Huétor Vega
Domingo, 6 de junio 2021
Lo que hace cinco años parecía la idea utópica de un grupo soñadores es hoy un modelo exportable desde la provincia de Granada, ejemplo de compromiso con el medio ambiente. «En 2016 yo era el loco de la colina», bromea Pepe Víbora ante una de aquellas primeras encinas plantadas en el Camino Real de Los Neveros. Ahora es un árbol de tres metros de altura. Uno de los más de 3.000 que la asociación Operación Encina ha plantado, con ayuda de la ciudadanía, en este paraje de Huétor Vega durante el último lustro. El objetivo es que dentro de un par de décadas se convierta en un bosque mediterráneo, para lo que resulta necesario trabajar ya la regeneración del entorno y poner las bases para la biodiversidad.
La hija de Pepe, Beatriz Sánchez, ha sido una figura clave en la difusión del proyecto. Bea ha impartido talleres en los centros educativos, incluso en inglés –la propuesta 'Germinando el futuro', con la academia ELI Huétor Vega, acaba de ser galardonada–, y eso ha ampliado la red entre padres y madres en el municipio metropolitano. Para ella lo asombroso no es solo la altura que alcanzan ya algunas encinas, sino la existencia de flores, que suelen requerir un proceso de cuarenta años. «Lo hemos logrado en cinco. Es más, en el segundo año conseguimos las bellotas. Todo esto obedece también a que utilizamos plástico reciclado. Tenemos un sistema diferente de plantación», explica.
El fenómeno de la reforestación en Huétor Vega surgió el 5 de junio de 2016. Ha pasado media década desde entonces. Y cada año, con esta fecha subrayada en rojo, va a más. El Día del Medio Ambiente de este 2021 puso en relieve el crecimiento del evento, organizado por Operación Encina con la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento hueteño.

La principal novedad en esta ocasión fueron las cinco carpas con diferentes atractivos colocadas a lo largo del camino. La primera, nada más empezar la ruta tras subir desde Las Perdices, ofrecía un taller de plástico reciclado para aprender a realizar maceteros. Tan fácil como cortar, sellar y hacer los agujeros. Para Silvia y Sonia, que debutaban como voluntarias, fue una gozada: «Viene mucha gente ilusionada, con ganas de volcarse, y además se inculca el cuidado del medio ambiente a los más pequeños junto con la cultura del reciclaje. Mantener nuestro espacio limpio es muy importante».

Vecinos que renuncian al puente para sembrar
Una plaga ha atacado con ahínco este año a las encinas del Camino de los Neveros. Pepe Víbora aclara que es normal que esto ocurra. El cofundador de Operación Encina pone la lupa en un dato mucho más relevante: «Ya están dando bellotas. A partir de que vengan los frutos, vendrán animales a comérselos. Y ahí empieza la vida». Muchos vecinos de Huétor Vega muestran en fotos la evolución de las encinas que crecen en sus hogares desde enero. Algunos renunciaron a hacer puente en el Corpus para no faltar al Día del Medio Ambiente. Otros debutaban en el evento. Como Samuel, que se mudó al municipio en 2020: «Debería haber movimientos como este en todos los pueblos, que se imite. Me ha sorprendido lo bien organizado que está».
En el segundo estand, Operación Encina colocó su punto de información y vendió tickets para contribuir a la causa mediante la adquisición de camisetas, bolsas de tela o tazas. También era el lugar de los bocadillos y bebidas, ya que estaba previsto disfrutar de un picnic (aunque la presencia de la lluvia lo puso difícil). En el tercer puesto estaba el taller de siembra, ideal para preparar las plantas con las bolsas previamente elaboradas. Cabe destacar que se apuntaron unas doscientas personas, divididas en grupos. «Este año lo que queremos hacer es compartir con la gente todo lo que hacemos nosotros. Normalmente preparamos las macetas en casa y esta vez hay un taller de plástico reciclado nada más llegar. Esto también es la continuación del vivero en casa que hicimos el Día de Reyes. La gente está trayendo todas las encinitas que han crecido en los respectivos hogares. Por eso es muy bonito, porque la gente ya trae su propio árbol», resumía Beatriz Sánchez, en alusión a la iniciativa del pasado invierno de la mano de la concejalía de Medio Ambiente.
Tablas decorativas
Más arriba, en la carpa 'Decorárbol', las familias se entretenían pintando tablas decorativas con sus nombres y mensajes. Familias como la de Gonzalo y Laura, residentes en Huétor Vega, que se mostraban muy participativos con sus hijas: «Estamos muy metidos en este movimiento. Tenemos mucho compromiso medioambiental y nos encanta que en el lugar en el que vivimos se haga algo así. Y que lo veamos crecer. Eso nos hace mucha ilusión».

Además de las 300 encinas que venían de hogares del pueblo y que comenzaron a crecer en enero en las casas de sus cuidadores, se pudieron plantar otros 200 ejemplares y 150 arbustos. En lo más alto, el estand de biodiversidad concienció sobre la necesidad de no cerrarse el monocultivo de encinas. Se explicó de manera didáctica las características de un árbol robusto roble, así como de los arbustos que comienzan a poblar el Camino de los Neveros: sabinas, lenticos, cornicabras, aladiernos y espinos negros.
Otro de los objetivos de este Día del Medio Ambiente era retirar los residuos que se acumulan en el monte. En eso andaba Gema, que recordaba su participación en 2016 junto a una amiga y su hija. La niña tiene ya siete años y puso un arbolito que ha cumplido cinco ahora. «Me encanta que estemos creando un bosque en Huétor Vega. Hay que apoyar para que este municipio siga siendo un referente medioambiental y animar a la gente a que venga a poner más árboles». Esto se llama motivación.
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