La primera promoción de Bachillerato del IES Los Neveros brilla en la PAU
Aitana y Sergio tienen las mejores notas del instituto de Huétor Vega, que ha superado la media de la provincia
El IES Los Neveros, el instituto de Huétor Vega, se estrenó en 2023 como centro con Bachillerato. Era una vieja demanda del municipio que al fin se veía cumplida. Ahora, dos años después, los resultados hablan por sí solos. El alumnado ha superado la media de la PAU (la antigua Selectividad) en la provincia de Granada. Entre ellos han brillado de forma especial dos estudiantes, Aitana y Sergio, cuyas notas en la Prueba de Acceso a la Universidad superan los 13 puntos. El máximo posible es 14.
Aitana Cecilia Masmano Martínez tiene 18 años. Y se puede decir que es un producto educativo cien por cien hueteño, porque cursó toda su fase escolar en el CEIP Mariana Pineda. Su nota en la PAU ha sido de 13,261. Por su lado, Sergio Burrell Gámiz cumplirá la mayoría de edad en octubre. Su etapa de estudiante en Huétor Vega comenzó en el instituto. Siempre ha estado en Los Neveros. Y ha sacado un 13,135 en la PAU.
Tanto Aitana como Sergio son de la rama de ciencias. Ahora les toca elegir su futuro universitario. A ella le atrae Matemáticas. Él, que se reconoce un apasionado del mundo de la automoción, piensa en hacer Ingeniería Mecánica y continuar con un máster que le seduzca.
Suyas son las dos mejores notas de una promoción histórica: la primera que termina Bachillerato en el instituto de Huétor Vega. Sin moverse de la localidad. «Han sido dos años duros», sostiene Sergio. «Pero, entre los profesores, los amigos y el buen ambiente que hay en el instituto, yo en lo personal me lo he pasado muy bien, a pesar de que ha sido complicado. Me he tenido que esforzar mucho. Sinceramente, creo que mejor que aquí no hubiera estado en otro sitio», añade.
Aitana subraya las palabras de su compañero: «Han sido dos años bastante duros, en mi caso también porque lo he estado compaginando con el Conservatorio. Es mucho nivel y se nota el cambio. Pero en este instituto nos han tratado muy bien y han estado siempre para lo que necesitáramos. Creo que como aquí, en ningún lado».
Aitana lleva una década estudiando piano en el conservatorio Ángel Barrios de Granada. Mantener esos tres días de clases cada semana no ha sido fácil. «Después de tantos años, esto también tenía que acabarlo. Tuve que hablar con los profesores del conservatorio para intentar que no se me solaparan los exámenes», afirma.
El esfuerzo se multiplicó en la preparación de la PAU. «Si me tenía que acostar a las tres, lo hacía», confiesa. Y a esto se une la necesidad de encontrar la ubicación perfecta para focalizar la mente. «Para ejercicios de física o de matemáticas, que son de estar todo el rato haciendo cuentas, me siento más concentrada en bibliotecas», admite Aitana. En este sentido, el Ayuntamiento de Huétor Vega les echó una mano cediendo el Espacio Joven. Si lo necesitaban un sábado o un domingo, podían acceder a través de un código.
El Ayuntamiento les cedió el Espacio Joven para estudiar. Si lo necesitaban un fin de semana, podían acceder con un código
Las siglas de la PAU han formado parte de su vocabulario durante mucho tiempo. Solo tres letras, pero pesan como una losa cuando las semanas se acercan. Sergio encontró un aliado en el deporte. «En mi caso, el deporte ha sido fundamental. He compatibilizado el estudio con el entrenamiento. Si no entreno, no puedo estudiar. Necesitaba desfogar. Naturalmente, había días muy cargados en los que no me daba tiempo», explica.
Aquí conviene pararse y puntualizar la importancia del descanso. Sergio, que pudo gestionar bien su tiempo, se acostó entre las diez y media y las once de la noche todo este curso: «Para hacer bien los exámenes tienes que tener la mente relajada. Hay gente que se tira hasta las tantas preparándose, pero creo que con menos horas y más descanso lo haces mejor. Estos días previos a la PAU me levantaba por la mañana a las ocho y estudiaba en la Biblioteca hasta las ocho de la tarde».
Sin salir del municipio
Esta etapa de Bachillerato ha marcado un hito en Huétor Vega. A diferencia de lo que ocurría hasta hace un par de cursos, estos estudiantes no se han visto obligados a trasladarse a otro término municipal. Ni a invertir tiempo en desplazamientos. Ni a romper con su círculo social. «Yo desde un principio tenía claro que quería quedarme aquí, en Huétor, si era posible», apunta Sergio. «Aquí hay un ambiente muy bueno con los amigos. El simple hecho de que esté aquí al lado, de que no tengamos que coger el autobús todos los días, nos da mucha facilidad. Es que se puede venir incluso andando si vives por aquí», valora.
«Yo añadiría la ventaja de conocer a los profesores de antemano», anota Aitana. «Es una relación más íntima que permite resolver mejor cualquier duda. En el caso de habernos ido a otro centro, todo hubiese sido nuevo. Si ya de por sí es un ciclo difícil, con otros profesores y compañeros hubiese resultado más complicado», concluye.
«Desde el principio nos han metido caña con evaluaciones globales»
Aitana y Sergio asienten con la cabeza al escuchar que nadie les ha regalado nada. Ambos se muestran muy satisfechos con el nivel educativo del instituto de Huétor Vega. «Me gusta que sean exigentes. Es necesario. Aquí los profesores lo han explicado todo muy bien y nos han facilitado mucho las cosas, pero a la vez han sido rígidos. Creo que nos han preparado muy bien, porque en general las medias han sido muy buenas. Además de nuestro esfuerzo, el de los profesores ha sido grandísimo», aprecia él. «Durante el curso hablaba con compañeros de otros institutos. Y la gente iba un poco más relajada. A nosotros desde el principio nos han metido mucha caña con evaluaciones globales, metiendo todo el temario», agrega ella. Y ahí están los resultados.
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