Huétor Vega se vuelca en un festival de música para el Banco de Alimentos
«Un kilo de arte». Con este eslogan se presentaba el festival solidario que se celebró el 23 de octubre en el Centro Social La Nava de Huétor Vega. Por el escenario desfilaron muchos y muchas. Arte a borbotones. Entusiasmo para dar y regalar. Muy buen rollo. Y, sobre todo, el afán solidario de ayudar a las familias que peor lo pasan en el municipio.
E.T.
Miércoles, 20 de abril 2016, 07:29
Organizado por el PSOE, el acceso al evento fue libre, con la sola condición de aportar alimentos y productos de primera necesidad para bebés. La ... abundante recaudación se donó al Banco de Alimentos Local.
Más de dos horas de alborozo y jarana. Ejerció de maestra de ceremonias Carolina Higueras, portavoz y concejala del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Huétor Vega. Con soltura y animosidad contagiosa. Incluso el titubeante arranque, cuando el equipo de sonido parecía empeñado en aguar la fiesta. Felizmente, el público pudo disfrutar de lo prometido en el cartel. Es decir, un importante muestreo del talento que habita en las calles de Huétor Vega. No, no hacía falta irse muy lejos para programar una tarde de viernes de alegría solidaria.
Un comienzo prometedor que jugó al despiste. La copla de Helio Funes, que evocó la memoria de Antonio Molina por la faceta que de forma más estrecha le vincula a Granada, ?El agua del Avellano?, con esa estampa del Darro y el Generalife. La copla: una suerte de manierismo emocional, arrastrando si es menester el peso de una religiosidad sobrecogedora. Helio Funes ?él y todo lo demás que aconteció en La Nava? tiraron por la rama festiva. Se trataba de pasar un buen rato. Como Molina, que con la calidad de voz y su facilidad para comunicar con un público que le era incondicionalmente adicto, patentó un cante flamenco ligero, un tanto descafeinado, pero agradable y gratificante para quienes gustaban de sus canciones.
Pero que nadie se engañe: el gran recordado de la velada fue Enrique Iglesias y su omnipresente ?Bailando?, recreado para la ocasión por las incipientes bailoras hueteñas, tanto pequeñas como las que dejaron ya atrás la adolescencia. El rey del pop latino sigue triunfando veinte años después de iniciar una carrera musical al margen de su famoso padre. El ?planeta Enrique? ha vendido más de 100 millones de discos en todo el mundo, cosechando éxitos en inglés y en español, idiomas válidos los dos para «hacer el amor», en opinión del astro de la canción. Y para donar alimentos con gracia y esencia andaluza, podríamos añadir en Huétor Vega.
Salero
Lucía y Mónica, pizpiretas integrantes de Canela y Limón, con sede en La Zubia, deslumbraron con su interpretación corporal del clásico ?Bajo el mar?, de ?La Sirenita?, y ?La lambada? brasileña en clave de electrocumbia. En cambio, Mis Flamenkitas apostaron por el salero del ?Pin pon fuera? de Rosario Flores.
Mucho más sobria y grave resultó la intervención de Antihéroe, derivado de los también activos Ambulancia Irlandesa, combo hueteño de amplísimo recorrido. Aquí, en formato solista y autoral. «Sin color político, pero cargado de conciencia social». Así, con guitarra acústica y voz, sonó ?Basta ya?, pieza cargada de colmillo y hartazgo por los desmanes que a diario sirven los noticieros. Antihéroe cerró con la preciosa ?La felicidad?, que hiló de manera sutil un homenaje soterrado a Enrique Urquijo, fundador de Los Secretos, de cuya muerte se acaban de cumplir 16 años. El cantautor local jugó con el relato de amor porteño de ?Ojos de gata?.
Por último, el tocaor Pepe Agudo se lió la manta a la cabeza por rumba cubana y catalana, recordando con picardía los resortes de las palabras de Chicho Sánchez Ferlosio y Kiko Veneno.
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