Un taller de bricolaje para mujeres fomenta la igualdad doméstica en Huétor Vega
Arreglar una cisterna, poner en solfa un enchufe y agarrar el taladro para colocar cuadros en la casa son tareas que todo el mundo asocia al hombre. Sin embargo, la sociedad avanza y el modelo de estructura familiar también varía con el signo de los tiempos.
E.T.
Miércoles, 20 de abril 2016, 07:49
Con este planteamiento, la concejalía de Igualdad de Huétor Vega y la Diputación de Granada ?en el marco de la Mancomunidad Río Monachil, núcleo pionero ... en la lucha por la igualdad en la zona? organizó un taller de bricolaje para mujeres en el Centro Social La Nava.
Bajo las directrices de la monitora, Esmeralda Delgado, un nutrido grupo de vecinas de Huétor Vega y Monachil descubrieron varios secretos para resolver problemas domésticos. «Se trata de aprender lo más sencillo», matizaba Juana de Miguel Rodríguez, presidenta de la asociación de mujeres Vesci. Eso sí, las mujeres jóvenes de los pueblos siguen siendo minoría en este tipo de iniciativas. «Si hace veinte años un grupo de mujeres no hubiéramos iniciado el camino, no estaríamos actualmente en este punto», recalca Juana. Y es que talleres como este tratan de despojar a las labores recias del rol masculino.
Hoy, aumenta una nueva realidad: mujeres que viven solas porque están divorciadas, separadas o viudas. «La conciliación familiar conlleva que todos sepamos de todo o de casi todo. La mujer no tiene por qué saber de todo. No es cuestión de necesitar, sino de compartir», reflexionaban las participantes en La Nava.
Y además insisten en la utilidad necesaria de estas herramientas. «Si te quedas sin luz en la casa o si los cables están deteriorados y Saltan chispas, una mujer debe saber cómo solucionarlo antes de que ocurra alguna desgracia o de llamar a un ?manitas? profesional». En definitiva: autosuficiencia. «Si el fregadero no funciona, la mujer tiene que poder valerse para hacer frente a estas situaciones cotidianas en el hogar», agregan.
División sexista
El bricolaje es, cada vez más, cosa de mujeres. La tradicional división sexista de tareas toca a su fin. A medida que los varones asumen su parte en las labores domésticas antes reservadas a las féminas, estas comienzan a arremangarse para cambiar un grifo, cepillar una puerta o instalar un enchufe «sin aburrirme esperando a que lo haga mi marido» como resaltaba Belén.
Por otro lado, la crisis económica y la necesidad de ahorro doméstico han venido a corroborar esa tendencia. Y las mujeres, como en tantos otros ámbitos, son las que más iniciativa están demostrando, al menos a la hora de aprender. «Poco a poco vamos avanzando. Pero la premisa es esa: avanzar», meditaban. Hacia una sociedad igualitaria.
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