Vilencia de género desde mi punto de vista

Otilia Márquez era una persona dulce, tímida, honesta, de una familia conocida y muy querida en Huétor Vega. Nos sentimos indignadas e impotentes ante esta lacra.

JUANA DE MIGUEL RODRÍGUEZ

Miércoles, 20 de abril 2016, 07:49

Nací y me crié en un barrio obrero de la ciudad de Málaga. Por aquel entonces no existía el concepto de «violencia de género». El ... maltrato no era reconocido como tal. Los hombres insultaban, dañaban psicológicamente, pegaban y asesinaban. Los medios de comunicación no informaban a la opinión pública, pues en aquellos momentos era normal que no se hablara de ello. No había conciencia política ni social. Eran los últimos años de la dictadura.

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Por lo tanto, siendo una niña, en mi entorno, viví las agresiones y la violencia a las mujeres y a los/as niños/as, y todo quedaba en privado. Era una adolescente cuando me fui a vivir un tiempo a París (Francia). Allí observaba cómo vivían las mujeres. Era grande la diferencia respecto al ?modus vivendi? de las mujeres españolas. Las francesas disponían de derechos constitucionales, libertad, igualdad, emancipación. En definitiva, derechos que las españolas no teníamos.

Estas vivencias me llevaron a contrastar y, sin ser consciente, interioricé que todos/as teníamos que ser iguales y que el maltrato no debería de existir. En la Transición política, un hecho importante fue ver a las mujeres de nuestro país salir a la calle para reivindicar los derechos de la ciudadanía, la democracia, la libertad, la igualdad?

Conseguimos la entrada de la democracia y nosotras, las mujeres, empezamos a reivindicar nuestro derecho a estar representadas en lo público. Me refiero a estar representadas en la política, porque desde la política se pueden cambiar las cosas. Aprendí mucho de las mujeres que empezaron a ocupar puestos de responsabilidad que luchaban y trabajaban por la igualdad entre hombres y mujeres. Éramos pocas las que desde los órganos internos de dirección de los partidos y de puestos de gobierno trabajábamos en ello.

En Huétor Vega, las primeras medidas puestas en marcha en políticas de igualdad se llevaron a cabo siendo yo responsable de tal concejalía. Las mujeres de Huétor Vega confiaron en este proyecto porque sabían que las podíamos asesorar, informar y ayudar, y sabían que yo me implicaba absolutamente. Desde mi responsabilidad política, como representante de Huétor Vega y única mujer en el órgano de la gestora del Río Monachil, propuse a los alcaldes y concejales de dicha gestora que la Mancomunidad tuviera un centro de la mujer. Se aprobó mi propuesta y fue de las primeras mancomunidades que puso en marcha su propio Centro de Información Municipal para los cuatro pueblos de la mancomunidad: Cájar, Monachil, Huétor Vega y La Zubia. También propuse al Foro de Mujeres de la mancomunidad el primer plan de actuación para la implantación de las políticas de igualdad entre mujeres y hombres entre 2004 y 2008.

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Inercia alarmante

La violencia siempre la he tenido muy presente. De hecho participé y participo en la Plataforma Contra la Violencia de Género 25 de Noviembre. La violencia de género sigue avanzando. El número de palizas denunciadas se disparó en 2014. El Ministerio del Interior registró 1.668 hechos violentos graves contra maltratadas en Granada en 2014, la mayor cifra desde el año 2008. Miguel Lorente, médico forense y exdelegado del gobierno para la Igualdad, ofrece otro dato estremecedor: en España solo denuncian el 20% de las mujeres maltratadas. El resto sufren en silencio esta lacra.

El 17 de agosto de este año muere Otilia Márquez a manos de su marido. Otilia era una persona dulce, tímida, honesta, de una familia conocida y muy querida en nuestro pueblo. Huétor Vega está de luto. Nos sentimos indignada/os e impotentes ante tantos casos de violencia machista y nos preguntamos qué está pasando en este país. Por qué la vida de las mujeres vale tan poco. Las víctimas mortales en lo que va de año en España ha aumentado.

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La conciencia y la implicación ciudadana son imprescindibles. La prevención y la erradicación de la violencia de género deben de ser una prioridad en la agenda de todas las administraciones. Condenamos la violencia de género. Ni una más.

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