Derecho al descanso y derecho a la diversión

Cuando llegan las vacaciones, suele ser habitual que uno de los problemas más característicos de la sociedad aumente: el conflicto entre las personas que desean descansar y aquellas que quieren divertirse.

JERÓNIMO VIDA MANZANO

Miércoles, 20 de abril 2016, 07:08

o más frecuente es que la gente «aguante el chaparrón». Suele ser habitual una cierta predisposición y tolerancia en estos casos, al ser eventos que ... se esperan, que tienen una duración limitada, el ambiente festivo acompaña a todo el mundo y todo el mundo suele agradecerlo, se comparte. Además, las autoridades locales procuran que estas actividades se produzcan en lugares concretos, habilitados para la ocasión y normalmente alejados de núcleos de población estable (que no es estacional o alquilada, menos afectada por demandar en muchos casos estas celebraciones).

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Pero también existen personas que no «aguantan el chaparrón», que viven en lugares afectados por estas manifestaciones culturales y/o de ocio, que están cansadas de tener que emigrar de sus hogares cuando llegan las fechas fatídicas que tanto alegran a unos y tanto les perjudica a ellos. Estas personas, que también tienen sus derechos, constituye la población más sensible y aquellas en las que la administración local debe concentrar sus esfuerzos de protección.

Cuando la «educación» y la «tolerancia» han jugado ya su papel en este conflicto, llega la hora de recurrir al fundamento legal: ¿qué dice la normativa acústica al respecto? Pues, de forma muy resumida, la cosa es así: el artículo 9 de la Ley del Ruido (Ley 37/2003), titulado ?Suspensión provisional de los objetivos de calidad acústica? dice: «Con motivo de la organización de actos de especial proyección oficial, cultural, religiosa o de naturaleza análoga, las Administraciones públicas competentes podrán dejar en suspenso temporalmente el cumplimiento de los objetivos de calidad acústica que sean de aplicación».

Este artículo es, en definitiva, el que permite el ruido de los cohetes y petardos en las Fallas, los tambores y cornetas en Semana Santa o la música elevada hasta altas horas de la madrugada durante unas fiestas locales. Se entiende que eso es lo que la gente quiere pero, ¿qué pasa con la que no los quiere/tolera?

Ese mismo artículo establece que antes de la suspensión temporal del cumplimiento de los objetivos de calidad aplicables, la Administración pública deberá «valorar la incidencia acústica» (del acto en cuestión), los titulares de los emisores acústicos deberán «solicitar esa suspensión temporal por razones debidamente justificadas» (acreditadas mediante el correspondiente estudio acústico) y que «la suspensión temporal se acordará cuando se acredite que las mejores técnicas disponibles no permiten el cumplimiento de los objetivos cuya suspensión se pretende».

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Ferial de Huétor Vega

En relación al nuevo Ferial de Huétor Vega, lo primero sería saber cuáles son los objetivos de calidad acústica aplicables a la zona donde se ubica. La Ley del Ruido, antes comentada, establece lo que hay que hacer. El «cómo» viene descrito en los Reglamentos que desarrollan esa Ley. En Andalucía es el Decreto 6/2012 mediante el que se aprueba el Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica en Andalucía. También en el artículo 9 de ese Reglamento, se establecen los niveles máximos (objetivos de calidad acústica) en ambiente exterior en función del tipo de suelo y en el artículo 27 los niveles máximos que pueden producir esos ruidos exteriores en el espacio interior de las edificaciones.

¿Y en qué tipo de suelo está el nuevo Ferial de Huétor Vega? Esto es importante porque el abanico de posibilidades es grande: desde los 50 dBA de noche si fuera área residencial, hasta los 60 dBA si fuera industrial, pasando por los 45 dBA si fuera sanitario o docente o incluso «sin determinar» si fuera un sector del territorio «afectados a sistemas generales de infraestructura de transporte u otros equipamientos públicos que lo reclamen» con el aviso especial de que en tales casos indeterminados «se adoptarán las medidas adecuadas de prevención de la contaminación acústica, en particular mediante la aplicación de las tecnologías de menor incidencia acústica de entre las mejores técnicas disponibles».

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Habría que elaborar en primer lugar, por tanto, la Zonificación Acústica del municipio, trabajo que establecerá el tipo de suelo acústico de cada sector del territorio municipal. La normativa antes referida asignará automáticamente los límites (objetivos de calidad) aplicables. En segundo lugar debería estudiarse, como bien dice el Defensor en sus recomendaciones, qué niveles genera la actividad en el ferial, tanto en su exterior como en las áreas residenciales cercanas, presumiblemente las más afectadas. También debería incluir el estudio de las zonas residenciales más alejadas, pues determinadas combinaciones de viento y temperatura pueden hacer que el ruido llegue mucho más lejos de lo que podría pensarse. Seguramente muchos vecinos de Huétor Vega habrán podido escuchar algunas noches el ruido de Granada y especialmente de su circunvalación, a pesar de la distancia y los obstáculos. Y es que el ruido, cuando se dan condiciones favorables, puede pasar por encima de esos obstáculos realizando la misma trayectoria que la de una flecha lanzada con un arco.

¿Qué medidas de prevención y control podrá adoptar el Ayuntamiento entonces? Pues en un recinto abierto, como es el nuevo Ferial, me temo que la principal medida será controlar los emisores acústicos, es decir, actuar limitando las fuentes (reducir sus emisiones). Una medida complementaria y, desde mi punto de vista, secundaria sería instalar mecanismos de control en la trayectoria (pantallas). De todas formas, el problema acústico en Huétor Vega es que su renovado Ferial está en alto y puede verse potenciado su efecto acústico en la distancia. Por eso, las circunstancias nos llevarían a la necesidad de actuar primero sobre la fuente y, después, sobre la trayectoria, contando con la Zonificación Acústica del territorio y un mayor nivel de exigencia por parte del Ayuntamiento de Huétor Vega sobre los negocios instalados en el Ferial.

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