Fútbol: el turrón amargo del Huétor Vega

Del sueño a la pesadilla. El Huétor Vega arrancó imparable la liga en el grupo 4 de Primera Andaluza. Era líder hasta hace un mes ... y soñaba con el ascenso a Tercera. Pero el equipo que desde hace quince días dirige Luis Navarro no levanta cabeza. Ayer perdió (1-0) en el campo del Comarca Mármol y ya está a nueve puntos del líder, el Arenas.El flamante técnico llega con una larga experiencia. El suyo es, según el presidente, «uno de los mejores currículos de la provincia». Navarro dirigió la pasada temporada a La Zubia en Primera Andaluza. Ha entrenado a numerosos equipos en Tercera División y llegó a estar al frente del Granada 74 en Segunda B, en tiempos de Carlos Marsá. En Huétor Vega, Luis Navarro se enfrenta al reto de armonizar los aires, demasiado enrarecidos en el vestuario, así como impulsar el camino a Tercera.Y no lo tiene fácil Navarro. Tres goles encajó el Huétor Vega en su estreno, en el complicado campo del Mojácar. Los hueteños entran en una inercia negativa, perdiendo puntos y crédito en la zona alta de la tabla en el grupo 4 de Primera Andaluza. Se trataba del estreno en el banquillo de Luis Navarro, entrenador de prestigio en Granada que deberá plasmar sus ideas a la plantilla en un corto margen de tiempo. La precipitada destitución de Matías Ramírez ha roto el esquema establecido y requiere una rauda reconversión técnica del plantel hueteño.Pese a los tres tantos encajados, el cuadro verdiblanco plantó cara, gozando de algunas ocasiones desbaratadas por el meta mojaquero, que se vio superado por el buen juego del conjunto almeriense conforme fueron avanzando los minutos. El segundo tanto fue clave y terminó de decantar el choque.El Huétor Vega inició imparable la liga en Primera Andaluza. Era líder y permanecía imbatido. Pero el empate a cero en Las Viñas contra el CD Oriente rompió lo que era una inercia ascendente de escándalo. Por delante, en el futuro inmediato, merodean los enfrentamientos contra Comarca Mármol, Almuñécar 77, Huércal y Cañada. La inestabilidad, como si de una tétrica profecía se tratase, ha marcado el rumbo de los entrenadores del Huétor Vega en el último año y medio. Ninguno ha durado más de unos meses. Todos se fueron con resultados. Nadie imaginaba un turrón tan amargo.