El mejor de la historia del voleibol español, en Huétor

Rafa Pascual, considerado el mejor jugador español de voleibol de la historia, fue el invitado especial con el que contó este pasado fin de semana el Torneo de Superliga Alberto Ramos Cormenzana, en Huétor Vega, en su tercera edición. Esta leyenda del deporte pudo disfrutar a pie de cancha, en el pabellón hueteño, del espectáculo que brindaron cuatro grandes planteles nacionales. Y, por supuesto, participó en el acto de entrega de trofeos, donde se alzó como campeón el Pamesa Teruel tras vencer en una intensa final al Melilla. El tercer lugar del podio lo ocupó el Manacor.

Rafa Pascual es todo un mito. Se trata del segundo deportista español con más internacionalidades, 537, solo superado por el exwaterpolista Manuel Estiarte. Olímpico en dos ocasiones, Pascual fue distinguido con el premio al mejor jugador del Mundial de 1998. En 2007, siendo ya un veterano, ganó el Campeonato de Europa con la selección, el único título de España en este deporte. Una disciplina, la de la red alta, que él sacó de la sombra para liderar a una generación de oro.

«Es una gozada disfrutar del voleibol de alto nivel en Huétor Vega, porque aquí se dan cita cuatro equipos a los que seguramente veremos en próximas finales entre liga, copa y demás. Son chavales jovencísimos y eso es algo que me encanta ver en los equipos profesionales: jugadores que empiezan a despuntar y que son nuestro futuro», apuntó Rafa Pascual a IDEAL en la puerta del Pabellón Municipal de Deportes La Libertad.

Pascual se mostró muy agradecido «a Huétor Vega, al alcalde, al club de la localidad y a toda la organización, porque esto es maravilloso, por esforzarse por nuestro deporte, este deporte que tanto amo». Al histórico exjugador le llamó la atención «lo volcado que esta todo el mundo; como suelo decir, haciendo voluntariado».

«Este torneo es una muy buena idea, contando con los niños en la fecha previa. Es importante que los más jóvenes estén cerca de la gente profesional, que lo vivan, que tengan referentes», valoró.

Rafa Pascual se reencontró así con Granada, la tierra donde se preparó durante casi un año y medio de cara a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Después de una impresionante carrera internacional de clubes (Italia es su segunda casa), ahora se ha vuelto a ilusionar con el voleibol por motivos paternales.

«Ahora soy más un ojeador. Me encanta venir a ver a los jugadores. Tengo dos hijos jugando en Estados Unidos y estudiando allí. Eso me ha devuelto a las canchas, a seguir a los más jóvenes y a motivarme otra vez. Si pudiera, saltaría de nuevo a la pista. Obviamente, ya no se puede, pero me encanta disfrutar de toda esa fuerza y toda esa juventud. Mi cometido es ayudarlos», confesó en Huétor Vega.

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