Machada del CD Huétor Vega en Las Viñas ante el Almería 'B'

Comenzó con intensidad el Huétor Vega. Sin muchos complejos, los pupilos de Aguado se mostraron verticales y no tuvieron contemplaciones para ganarle metros a su rival. Jordi provocó los primeros murmullos con un cabezazo que pudo repeler en última instancia un zaguero bajo palos. La acción le dio confianza a los verdiblancos, que basaron su juego en una férrea presión sobre los almerienses en la medular. Con este despliegue, pisando el ecuador del primer acto, llegó la recompensa local en una jugada hilvanada que terminó con el cuero en las botas de Pedro Amate, que golpeaba con fuerza el balón para hacer inútil la estirada de Jero. Y la inercia hueteña amplió la renta: Marcos recepcionó un centro raso y fusiló de nuevo el arco almeriense para llevar el delirio a la parroquia local.

El resultado hacía justicia a los méritos de unos y otros, pero aún habría mucha tela que cortar. El Huétor Vega se centró en contener a su oponente y poco a poco fue cediendo metros y espacio. El filial rojiblanco comenzó a asediar la meta de Sergio y Aitor Puñal recortaba distancias con otro fuerte disparo en el área. El cuadro visitante se vino arriba y eso permitió a Pedro Amate crear otra ocasión flagrante de gol, con un acrobático lanzamiento que impactó en la madera al filo del descanso.

El partido iba a deparar emociones fuertes y el Almería B igualaría la contienda aprovechando la falta de concentración local tras el paso por vestuarios. Nacho Díaz continuaba con el repertorio de goles de fuerte disparo en el área y mandaba la bola a la jaula. Con el tanto, los visitantes tomaron más precauciones y no se prodigaron con tanta frecuencia.

El partido entró en una fase de igualdad en el centro y las defensas se imponían. Sin embargo, los verdiblancos dieron un paso al frente y eso decantó el choque cuando todo parecía abocado al empate. Marcos estrellaba un nuevo balón en el palo con un zapatazo desde la frontal y, a pesar del empuje, el gol no llegaba. Cuando el partido agonizaba, una nueva acción a la desesperada acabó con un rechace en el área que Jordi ganó para hacer el tanto de la victoria, desbordando la alegría.