La voz que resuena en Huétor Vega
Hija del prestigioso guitarrista Ramón del Paso y formada en el teatro musical, Elisa ha sorprendido este verano a su pueblo
Aparece en el Carmen de San Rafael con una sonrisa radiante. Con la energía de un verano entre Playa Granada y Huétor Vega. Aquí, en su pueblo, lleva actuando toda la vida. Pero de forma discreta. Casi siempre tocando la viola junto a su padre, el prestigioso guitarrista hueteño Ramón del Paso. Bien en una Zambomba navideña o en algún otro sarao con aliño flamenco. Una vez, en este mismo lugar, alternó incluso el instrumento de cuerda y arco con un monólogo humorístico. Así es como Huétor ha visto crecer a Elisa del Paso, la talentosa niña de la Avenida de Doña Juana que se ha hecho mayor.
Eli tiene 19 años y cuenta ya con un sólido bagaje artístico. Pero lo que quizá muchos vecinos y vecinas ignoraban hasta ahora es que, además de dominar la viola, también canta. Canta de todo. Y todo bonito. Este verano lo ha podido demostrar con creces en su Huétor, ante su gente. En julio, en una de las exitosas verbenas del Parque de la Nava. Y en agosto, en el acto de inauguración de las fiestas patronales de San Roque, en Huerta Cercada, tras el pregón.
«Estoy muy agradecida al Ayuntamiento y a Carolina, la concejala de Fiestas, por apostar por mí. Está muy bien eso de dar oportunidades a gente joven del pueblo que está empezando», comenta. En Huerta Cercada estuvo acompañada al piano por otra figura local emergente, Daniel Brañas, hijo del gran baterista Pancho Brañas. Interpretó dos piezas de sentimiento desgarrado, 'Procuro olvidarte' y 'Se nos rompió el amor', y una adaptación de Abba, 'Va todo al ganador' ('The winner takes it all'), que entronca con su presente en el mundo de los musicales.
«Lo di todo en la verbena de La Nava. Le tengo mucho respeto al sitio que me ha visto crecer»
«'Procuro olvidarte' es una de las canciones que más me gusta cantar. Se me pone la piel de gallina. Conecto mucho con ella a través de la melodía y la letra. Y 'Se nos rompió el amor'… A lo mejor me pilló un poco sensible ese día», confiesa. En cambio, en el Parque de la Nava puso a bailar a los mayores con un repertorio de asombrosa versatilidad, mezclando coplas, flamenquito, reguetón y clásicos populares. De Malú a Rosalía, pasando por Karol G. «Yo me lo paso genial en el formato de verbena porque ves a las mujeres y a los hombres bailar. A mí me alegra la vida ver eso. Hay buen rollo. Y preparé un repertorio canalla», relata.
Lo hizo sola ante el peligro. Y se ganó al público: «Acabé muerta de cansancio. Lo di todo y la gente se lo pasó muy bien. Pero me daba un poco de vértigo. Le tengo mucho respeto al pueblo que me ha visto crecer. Al final, también estoy dando la cara por mi padre. Todo el mundo sabe que soy la hija de Ramón. No quiero que se me conozca por eso, pero inevitablemente la gente observa con esa curiosidad. Es una responsabilidad que me obliga a hacerlo mejor».
«Al principio era vértigo, pero luego me fui soltando y convenciendo de que se trataba de pasarlo bien. Porque si tú estás tensa, la gente lo nota», apunta.
En Madrid
Elisa del Paso trabaja y estudia en Madrid. Se está formando en tres ramas del teatro musical: interpretación, canto y baile. «Al final, esas tres cosas juntas son las que hacen que yo pueda dedicarme a mi trabajo actual, afortunadamente, que es haciendo musicales», explica. En la actualidad hace, sobre todo, personajes de obras infantiles. Es así: una hueteña está poniendo voz a Rapunzel o a Nemo. Este mes irá al Teatro Cervantes de Almería con un musical sobre Lola Flores.
«Tengo mucha suerte de poder trabajar en esto. Es muy difícil hallar un hueco. Cuando lo encuentras, hay que aprovecharlo al máximo», afirma. Pero la suerte hay que encontrarla. Y Elisa es un alma inquieta. De hecho, todo esto lo compaginará ahora con el Conservatorio Profesional de Música de Jaén, donde ha entrado para aprender Producción y Gestión Musical. «Me gusta formarme en todo lo posible», dice.
Y entre tantas idas y venidas de aquí para allá, ¿echa de menos su pueblo? «Siempre. Volver a Huétor Vega es volver a casa. Por supuesto, he venido algunos días a las fiestas de San Roque. Madrid es otro ritmo de vida. Está bien para buscarte un sitio en la industria. Pero mi gran sueño sería crear una escuela de teatro musical aquí. No sueño con ser famosa. Me gusta mucho la docencia. El teatro musical es una de las disciplinas más complicadas. Tienes que cantar a la vez que bailas e interpretas».
La tierra y los genes tiran mucho. Eli luce un pequeño tatuaje de una guitarra. Un vínculo con su padre unido a la palabra 'Miedo': «Me lo hice el año pasado, cuando estuve en Málaga estudiando. La palabra viene de la canción de M-Clan, a la que yo llegué por Amaia de 'Operación Triunfo'. Es un punto de encuentro con mi padre, viniendo de estilos distintos».
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