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José Martín Ruiz González, en la parte central del amplio mural. E. T.
Un vecino de Huétor Vega crea un 'Gaudí' en casa

Un vecino de Huétor Vega crea un 'Gaudí' en casa

José Martín ha dedicado cuatro años, tras su jubilación, a dar forma a una espectacular composición en su patio con técnica de 'trencadís'

EDUARDO TÉBAR

Viernes, 4 de noviembre 2022

No lo aparenta, pero José Martín Ruiz González es un vecino de la calle Solana, en la zona de Los Rebites de Huétor Vega, que se jubiló en 2016. Después de toda una vida trabajando en la Administración, en la Oficina de Extranjería, se planteó una cuestión existencial: «¿Cómo voy a gestionar el tiempo?». Coincidió con el momento en el que tuvo que hacer una obra en el patio de su casa. De repente se vio con una enorme pared de casi doce metros de ancho. Y se le encendió la bombilla: «Vi que tenía espacio para un buen entretenimiento. Me puse a darle vueltas a la cabeza y le dije al albañil que no hiciera nada, que la voy a 'iluminar'».

Casi doce metros de obra minuciosa en casa. E. T.

¿Y qué fue lo que se le ocurrió? «Me gustaba mucho Antoni Gaudí. Estoy harto de ver el parque Güell y obras suyas por toda Cataluña. Se me quedó grabada la técnica del 'trencadís'». La traducción viene a significar algo así como troceado, roto… Un mosaico compuesto por fragmentos cerámicos unidos con argamasa, icono de la arquitectura modernista levantina. «Me dije: 'Voy a meterme en esta dinámica'. Empecé sin saber nada, así que comencé a indagar. Me metí en internet y busqué fotos, comentarios, pautas de cómo se hace, qué materiales se utilizan, cuáles son las técnicas, cómo se pega, cómo se corta, las herramientas necesarias…».

Gaudí supuso la apertura de todo un universo creativo. A partir de aquí, todas las ideas fueron de José Martín, algunas inducidas por sus hijos y su mujer. «Gaudí hacía cosas muy bonitas, pero ha sido todo más imaginativo mío que basándome en él», aclara. Lo que ocurrió abarca un periodo de cuatro años, desde 2016 hasta 2020. El resumen del proceso se puede visualizar en un vídeo de poco más de cinco minutos, titulado 'El mural de José Martín, disponible en su canal en YouTube, 'La buhardilla de Martín'.

Detalles: el arco de herradura sobre un granado, la firma del autor o el guiño al covid, que llegó al final del proceso. E. T.
Imagen principal - Detalles: el arco de herradura sobre un granado, la firma del autor o el guiño al covid, que llegó al final del proceso.
Imagen secundaria 1 - Detalles: el arco de herradura sobre un granado, la firma del autor o el guiño al covid, que llegó al final del proceso.
Imagen secundaria 2 - Detalles: el arco de herradura sobre un granado, la firma del autor o el guiño al covid, que llegó al final del proceso.

La pared se convirtió en un gran óleo. Un espacio gigante sobre el que volcar su creatividad. De manera que, en paralelo, José Martín elaboró un montón de bocetos. Es más: anuncia que sacará otro vídeo dedicado a estos bosquejos. «Me di cuenta de que me tenía que sentar en el escritorio y dibujar los elementos, pensarlos, tantear las medidas que van a tener, sopesar cómo los voy a encajar, usar escalas, elegir qué colores voy a poner…». En definitiva: «Es una obra faraónica, un trabajo de chinos. Son miles de horas las que he echado aquí».

José Martín requirió de toda clase de colores, así que acumuló una cantidad ingente de material, a menudo comprando en Huétor Vega, en El Curro. Hay pequeños detalles, como la uva, que se componen de dos centenares de piezas. Una uva que están picando los pájaros. La precisión es sorprendente: un conocido albañil del pueblo se quedó sorprendido por la forma del corte de las hojas. «Para esto es necesaria mucha paciencia. Había que cortar y esperar a que se enfríe la cerámica, y hay hojas de diferentes tamaños», señala.

El gato, como el que pulula por el Aljibe de Trillo en el Albaicín. E. T.

El punto de partida, en el lado izquierdo, fue un árbol de evocación andaluza: la parra. ¿Más audacias? Las abejas aportaron dinamismo a la composición. Y no podía faltar una mesita con motivos. Por ahí se encuentra también un gato que existe en la realidad: en el Albaicín, en una puerta de una casa por el Aljibe de Trillo.

La Alhambra

José Martín se muestra especialmente satisfecho con la verja, que parece madera de verdad: «Busqué por toda Granada una cerámica que simulara madera». Inventó las flores enredadas porque la imagen le pedía algo florido. ¿Y en el centro? La Alhambra. «Mi hijo me decía: 'Estamos en Granada, tienes que hacer la Alhambra. Yo le respondía, ¿pero cómo voy a hacer la Alhambra?», confiesa. Pues la hizo. «Fue un reto. Busqué fotografías de la Alhambra en internet que se adecuaran para lo que yo podía trasladar. Rastreé colores, simetrías, enfoques. «El boceto resultó ser tan espectacular que ha terminado siendo un cuadro», revela.

Conclusión: «La gente cuando viene se queda embobada. Hace ahora dos años que esto está terminado. Es un placer cuando vienen amigos a casa; la sensación es muy agradable. Se quedan impresionados porque no se imaginan que el mural es tan grande». La figura del 'bicho' del covid puso en broche en días de cierres perimetrales. Debajo, una firma, como en una obra pictórica, que acarreó a su vez una enorme complejidad.

José Martín explica cada pequeño aspecto. E. T.

«En el confinamiento yo estaba encantado porque no me faltaba el entretenimiento. Sientes que estás creando una cosa bonita», comparte mientras saca las esculturas que está creando con hierro y piedra. Y habla de su agrupación teatral: «Hacemos teatro de voluntariado en residencias para los mayores». José Martín entró en la jubilación por la puerta grande. Echó a andar un verdadero artista.

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