Miguel Baños, en el escenario de La Parra Flamenca, con pinturas de David 'Zaafra' detrás. DIEGO LUZ

«Somos el reservorio de la memoria de la pureza»

Miguel Baños, presidente de la peña La Parra Flamenca ·

Las grandes figuras del flamenco han pasado por este escenario, que cumple 40 años en Huétor Vega

EDUARDO TÉBAR

Miércoles, 13 de octubre 2021, 07:41

La Parra Flamenca cumple cuarenta años este 13 de octubre. La peña de Huétor Vega, ubicada junto a la plaza de la Constitución, en el barrio de Caicena, es una de las que más solera tiene en el mundo. Al bajar sus escalerillas, este local en entresuelo muestra unas paredes cargadas de historia. Como si de un museo se tratase, destacan las pinturas del desaparecido David 'Zaafra' y una sorprendente colección de fotografías. No es para menos: por aquí han pasado figuras como Camarón, Morente, Menese, José Mercé, Miguel Poveda o Arcángel. La Parra volverá a abrir sus puertas el 29 de octubre para acoger el recital del cantaor Antonio Campos, dentro de la programación del circuito provincial 'Por las peñas de Graná'. Desde hace algo más de un lustro su presidente es Miguel Baños.

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–¿Cómo van a celebrar estos cuarenta años?

–Habrá una comida de hermandad para socios y amigos, así como la presentación en primicia de un nuevo libro de don Alfredo Arrebola, con una conferencia ilustrada con cante del propio Arrebola.

–Para que la gente del Área Metropolitana se entere: ¿Qué es La Parra Flamenca?

–Una asociación cultural sin ánimo de lucro que tiene como principal objetivo velar por la pureza del cante jondo en todas sus modalidades, y mantenerlo, enriquecerlo y trasladarlo como legado de cultura. Tratamos de fomentar la afición al cante y desarrollar todas aquellas actividades relacionadas, tales como la guitarra, la poesía, la música y el folclore, que redunden en su beneficio y sirvan de vehículo para fomentar la amistad y el recreo entre los socios de la peña y la sociedad en general. Por eso organizamos recitales, cursos, conferencias y festivales.

–Ahora que el flamenco se fusiona con procacidad en cualquier otro género y en la vanguardia pop, ¿qué papel juegan hoy en día las peñas?

–Somos, con más o menos acierto, el reservorio y museo de la memoria de la pureza, y donde se forman y dan sus primeros pasos los nuevos talentos, aunque después opten por estos nuevos estilos.

–Incluso artistas aclamados fuera del ecosistema flamenco, como Niño de Elche o Rocío Márquez, echaron los dientes en peñas.

–Por supuesto. Sin una base clásica no se puede innovar o renovar, y esa base está en las peñas.

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–¿Cuál ha sido la edad de oro, la mejor época de La Parra?

–Los ochenta y los primeros noventa, sin duda. En los ochenta hubo una explosión creadora. Surgieron los grandes referentes actuales y todos acudían irremediablemente a las peñas, que éramos quienes dábamos oportunidades con festivales, concursos…

–Después de La Platería de Granada, ¿la de Huétor Vega es la segunda peña más antigua?

–Anteriormente se fundaron algunas que otras, pero dedicadas a su propio festival o concurso, que era su única actividad, y desaparecieron en poco tiempo. Años después, algunas se refundaron. La única que desde nuestra fundación no ha parado nunca somos nosotros, tras La Platería.

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«Hay poca presencia de socios de Huétor y de su entorno, y son realmente imprescindibles»

–¿Ha cumplido los objetivos que se marcó al tomar la presidencia, como atraer a los jóvenes?

–No todos, a causa de la pandemia, aunque estoy bastante satisfecho con lo conseguido. Pero nunca es bastante. Hay que mejorar aspectos como la poca presencia de socios del pueblo y del entorno, que son imprescindibles.

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–La juventud escucha flamenco, pero lo hacen en el móvil. ¿Cómo los convencería para que se acerquen a La Parra?

–El flamenco a través de la pequeña pantalla no tiene nada que ver con escucharlo en directo. No hay nada como vivir este arte, que es una forma de vida. Eso no lo enseña el móvil, que no corrige ni transmite el duende del flamenco. Eso se puede vivir solo en peñas como la nuestra.

–¿Qué hay de ese proyecto, que quedó truncado por la pandemia, de organizar el Concurso Nacional de Cante Flamenco y Guitarra de Acompañamiento?

–Queremos retomarlo a partir de enero o febrero. Tuvimos una gran aceptación en las inscripciones. En una semana se apuntaron más de veinte artistas de toda la geografía. Y algunos relevantes.

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Un pasado emocionante

–En el trigésimo aniversario de la peña estuvo Fosforito.

–Fosforito ya era socio de honor de la peña una década antes y, como se esperaba, fue todo un éxito. Aquello tuvo una gran proyección para la peña.

–Otro año tremendo fue 1998, con el mismísimo Juan Habichuela (primer socio de honor de la peña) en el homenaje a Lorca.

–Ese es uno de los mejores ejemplos: una semana de congreso dedicado a la guitarra donde participaron los mejores guitarristas y guitarreros del momento.

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–El festival de verano goza de buena salud. Lleva una década celebrándose sin interrupción, pero su historia es mucho más larga.

–Desde que lo organiza mi directiva hemos contado con una notable variedad de artistas con personalidad propia, granadinos en el noventa por ciento. Hombres y mujeres, jóvenes y mayores, grandes figuras, jóvenes promesas, grupos innovadores. Y eso a pesar de un escasísimo presupuesto.

«El duende no lo transmite la pantalla del móvil. Eso se vive solo en peñas como la nuestra»

–Huétor Vega tiene ya una plaza espectacular dedicada al pintor David 'Zaafra'. Lo que no tanta gente sabe es que La Parra Flamenca es prácticamente un museo de su autoría.

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–Cierto. Otro socio de honor e insignia de oro de la peña al que dedicamos una parte de la sede con obras suyas y, por supuesto, la pintura que preside nuestro escenario. Zaafra fue una magnífica persona y el mejor amigo de la peña.

–A Zaafra lo nombraron socio de honor de la peña en el verano de 2004. Una velada de listón altísimo con Carmen Linares y el guitarrista chileno Carlos Ledermann en Huerta Cercada.

–Todavía emociona recordar cosas como esta. Momentos así hoy son difíciles de replicar. Lamentablemente, esas figuras de la segunda edad de oro ya no existen o son muy mayores. Por suerte, nosotros hemos vivido con ellos muchos momentos gloriosos. A veces, de manera espontánea en la intimidad de la sede.

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– Miguel, ¿vendrán tiempos mejores?

–Vamos a hacer lo humanamente posible por darle un nuevo enfoque a la peña, dirigido a la captación de socios jóvenes y adaptarnos a los nuevos tiempos.

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