«La ópera es una emoción gigante y un llanto interior»

De esta forma, el ciclo 'Los conciertos de Huerta Cercada', organizado por el área de Turismo y Cultura del Ayuntamiento de Huétor Vega, propone un espectáculo diferente a lo habitual: un recital operístico. Además, el público tendrá la oportunidad de vivir la experiencia mientras marida la música en directo con cinco muestras ganadoras del reciente Concurso de Vinos Torre de la Vela de Granada. El evento tendrá lugar el 1 de marzo a las 22 horas. Las reservas se hacen por teléfono: 958 300 511 (extensión 228 o 229).

Hasta hace un par de años, Naemi Ueta pensaba que tenía una voz fea. Todo cambió en el cumpleaños de una amiga, cuando no le quedó otra que entonar la típica felicitación. La gente se sorprendió. Y ella misma también. A partir de ahí, comenzó a memorizar algunas piezas de ópera que le gustan. Al cabo de unos meses se cruzó en su camino Héctor Eliel Márquez, que le dio clases y la animó a cantar incluso con el Coro de la OCG.

«En poco tiempo aprendí mucho de él y de grandes cantantes de ópera como Maria Callas, Monserrat Caballé, Renata Tebaldi o Teresa Berganza. Hace poco recibí mi primera clase de canto lírico con el gran tenor Moisés Marín y con Francisco Crespo», explica. «Y ahora me lanzo con el primer concierto en mi vida con público. Sé que esta rapidez no es habitual, pero no me pongo cortapisas. Por suerte, estoy rodeada de fantásticos músicos profesionales y ellos me empujan hacia adelante. Puede que ya no tenga edad de emprender una carrera de canto, pero eso me permite ser totalmente libre», confiesa.

El mismo arrojo con el que un día decidió explorar la fotografía es el que ahora lleva a Ueta a embarcarse en la ópera. «Este concierto será un reto y me lo tomo con mucha responsabilidad para ofrecer lo mejor de mí. Espero que me reciban con cariño y curiosidad. Será maravilloso disfrutarlo con fantásticos vinos premiados de Granada, con el mimo con el que lo organiza el Ayuntamiento de Huétor Vega», comenta.

Naemi Ueta afirma que «la ópera es una emoción gigante y un llanto interior». Esta granadina adoptiva se empapó desde su juventud de músicas del mundo y diversos ritmos étnicos por la afición de su padre. «El flamenco y la ópera tienen algo en común: son gritos y preguntas con armonía», reflexiona. «Yo no puedo cantar flamenco por el color de mi voz, pero todo lo que he aprendido del flamenco me sirve mucho a la hora de expresarme a través de la música lírica. Tal vez esto hubiese sido difícil de lograr en Japón».