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EDUARDO TÉBAR
Huétor Vega
Martes, 4 de agosto 2020, 20:06
La oficina de Correos de Huétor Vega ha sido galardonada con el segundo Premio Nacional de Excelencia, un reconocimiento a la exigente labor de sus trabajadores y trabajadoras que concede la propia empresa estatal. De esta forma, la unidad de la calle Cañadilla destaca como la segunda mejor de España dentro de su categoría, tipo de centro y localidad a la que atiende.
No se trata de un simple premio a una sucursal de pueblo: «La competencia a nivel nacional es tremenda. La oficina de Huétor Vega es muy pequeña y ha superado a oficinas principales y sucursales de capitales de provincia de todo el territorio español». Lo dice su directora, Marina López Álvarez, que lleva casi una década al frente de la oficina del municipio metropolitano.
Para llegar hasta aquí, una auditoría extraordinaria verifica los números de cada oficina. Se valoran aspectos como la gestión eficiente de sus recursos, el uso adecuado de la información y la correcta ejecución de los procesos para la consecución de los objetivos empresariales. Para otorgar estos premios, «que refuerzan la cultura de la excelencia y la mejora continua», se tienen en cuenta indicadores como la entrega efectiva de los productos registrados (certificados, notificaciones o paquetes), la calidad en la entrega de los envíos, la atención al cliente, la producción o el absentismo.
Marina López Álvarez, directora de la oficina de correos
La Unidad de Reparto de Santa Fe y la Unidad de Servicios Especiales número 1 de Granada han resultado ganadoras del primer premio, que las sitúa en la mejor posición, dentro de sus categorías en todo el país, por encima de otras 251 unidades de reparto y otras 54 unidades de servicios especiales respectivamente. Estos números dan una idea del mérito de la oficina de Correos en Huétor Vega.
«Llevo muchos años trabajando aquí, haciendo mucho esfuerzo y sabiendo qué nos exigen para poder alcanzar este reconocimiento», explica López Álvarez, que empezó a trabajar en Correos hace más de veinte años. «2019 fue terrorífico, un año muy duro para vender productos. La travesía no ha sido fácil. Lo hemos buscado a conciencia y nos hemos esmerado en lograrlo en Huétor Vega», revela la directora. Marina López Álvarez puntualiza que, pese al estereotipo, en Correos hacen muchas otras cosas además de entregar cartas. Los trabajadores deben cumplir una serie de objetivos y un mínimo de ventas. «Para vender hay que ir empresa a empresa, particular a particular. Esas ventas cuentan como ingresos y así sube la puntuación de la oficina», señala.
La oficina de Correos en la calle Cañadilla de Huétor Vega ha sido testigo del desarrollo del municipio en las últimas décadas. Su directora observa que «aunque Huétor es un pueblo relativamente pequeño, estos años se ha incrementado mucho el ritmo de movimiento en la oficina». «Solo la paquetería ha tenido un crecimiento extraordinario. La venta 'online' de particulares se ha disparado en tres años», comenta Marina.
Cuando irrumpió la pandemia del coronavirus, la directora de la oficina de Correos en Huétor Vega se quedó sola al frente durante dos meses y medio. Fue un cambio drástico en un espacio caracterizado por al cercanía. En esta oficina ni siquiera ha hecho falta nunca una máquina para pedir el turno. De repente, entraron en escena elementos como las mamparas, los guantes y los geles. «Fue duro. Al principio nos disminuyeron el horario para intentar lograr una conciliación. Y cerramos los sábados», confiesa Marina. «Ha sido complicado porque la gente está acostumbrada a un tipo de trato. Aún así, en Huétor Vega se han adaptado muy bien», añade.
El personal se redujo mientras los clientes formaban colas para recoger sus pedidos. La oficina se convertía así en un pequeño reducto para la conversación en momentos de incertidumbre ante la crisis sanitaria. Los ganadores reciben habitualmente el premio en una gala en Madrid, pero este año aún está por determinar, dada la situación. Ahora brindan en Cañadilla por el éxito cosechado.
La directora de la oficina de Correos de Huétor Vega, Marina López Álvarez, cree que la relación con la clientela se estrecha en un municipio como este, de 12.000 habitantes. «A veces me llaman a mi teléfono particular y con algunas personas que frecuentan la oficina se ha establecido una amistad», apunta. Por eso, el estado de alarma provocó que este local de la calle Cañadilla, ubicado en el corazón comercial de Huétor Vega, fuese también un punto de desahogo: «Venían con ganas de pararse a hablar de su situación».
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