Fusión nuclear en Huétor Vega
El festival Zona Jazz cumple su tercera edición con ‘llenazo’ y asombrosas adaptaciones de los Beatles en La Fabriquilla por parte de Pecos Beck y Tito Poyatos
Eduardo Tébar
Lunes, 24 de abril 2017, 00:29
El concierto del cantante Pecos Beck y el pianista Tito Poyatos comenzó a una hora de lo más jazzística: alrededor de la medianoche, como gustaba ... a Thelonious Monk y Miles Davis. Dos históricos de la música granadina, con su banda ajustada en quinteto, consagraron la tercera edición del Festival Zona de Huétor Vega, organizado por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento. El escenario de La Fabriquilla, con su elegancia rústica entre las habas y alcachofas de temporada en pleno Camino del Zute, vivió una noche de candor. Unos 200 asistentes, entre los que salían y los que entraban, llenaron el recinto.
Como antesala de lujo, el combo de otro veterano, el baterista y vocalista Víctor Olmedo, arropado por Nicolás Medina y Miguel Corral en su DeNovo Trío, una excusa para adaptar el libro de estilo de Brasil. Una delicia de cantos sedosos y cadencias templadas sobre playas tropicales y bananeras, herederos tanto de Jobim y Vinicius como Djavan e Ivan Lins.
El francés aunque granadino adoptivo desde los setenta Remi Pecos Beck va ya por la segunda década desde que se aventuró a defender el legado de Paul McCartney y John Lennon con la Tito Poyatos Band, experimento que cuajó en un disco laureado, Play Beatles. Conocen el paño. ¿El mérito? Liberar las canciones del carácter pop y redimensionarlas hacia lo afrolatino y el jazz rock que a finales de los sesenta patentaron Blood, Sweat & Tears, Chicago, Electric Flag o The Flock. Nombres, todos ellos, sospechosos en su día de ser blanquitos dedicados a explotar los hallazgos de la música negra.
Filtro latino
Abrieron con el Night and day de Cole Porter. Y la fórmula funciona incluso en estándares tan contrastados. Una melodía que nadie ignora se desarrolla con improvisación entreverada, encuentra en su interior un bolero caribeño y, a su vez, se deshace en un tumbao para regresar al punto de partida. Poyatos es un brillante arreglador y director musical. Y Pecos Beck, en cuyo currículo destaca algún cartel compartido con Eric Burdon en Baleares, presume de una voz con arena, aguda cuando se requiere. Gozoso contraste con la picardía del piano y los fraseos untuosos de fiscorno y trompeta de Alberto Martín.
El repertorio incluyó citas a Ray Charles (Georgia on my mind) o Louis Prima (Buona sera). Siempre con ese criterio deconstructivo que filtra por las costuras elementos de dixie, funk, latin, blues, con los añadidos del arrollador Pecos en su trance de santero. Y la complicidad y nocturnidad en el sonido de club del bajista Nicolás Medina y Ramón El León González a la batería. Por supuesto, se ceden espacios para las individualidades. El Come together de los Beatles, uno de los ritmos más inquietantes del siglo XX, deriva en monólogo bop de piano e interludio con reminiscencias de Chet Baker. De ahí solo cabía salir con un ameno Ticket to ride. Por momentos se echaron en falta la fibra y destellos de una big band. Quien no encoje es el Zona Jazz: el festival de Huétor Vega crece de manera saludable.
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