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Amparo Sánchez (centro), con Mariano Molina, alcalde de Huétor Vega, y concejalas del municipio.
La cantante Amparo Sánchez revela en Monachil su historia de malos tratos en la adolescencia

La cantante Amparo Sánchez revela en Monachil su historia de malos tratos en la adolescencia

La voz de Amparanoia relata su experiencia en el libro ‘La niña y el lobo’

E. TÉBAR

Miércoles, 30 de noviembre 2016, 20:47

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Las actividades que cada mes de noviembre se llevan a cabo contra la violencia machista hablan del dolor que se padece en silencio, en el anonimato. Una sensación que rompe la cantante Amparo Sánchez, internacionalmente encumbrada durante sus años al frente de Amparanoia. La alcalaína compartió sus vivencias en la Casa de la Cultura del Barrio de Monachil el pasado 28 de noviembre. Sí, el testimonio de una artista de 47 que sale al paso para relatar los malos tratos que sufrió en la adolescencia.

Las confesiones se recogen en el libro La niña y el lobo. Vivir para contarlo, una historia de violencia machista y superación (Ediciones Lupercalia). El volumen está escrito a modo de diario: sucesos que Amparo rescató de su memoria, algunos de ellos enterrados en lo más profundo. «Si puedo ayudar a una sola mujer en esa situación, romper mi silencio habrá valido la pena», explica en el epílogo.

Culpa, silencio y miedos

La visita de Amparo Sánchez fue organizada por la Plataforma 25 de Noviembre, que integra las concejalías de Igualdad de los ayuntamientos de Huétor Vega, Monachil, Cájar y La Zubia, así como las asociaciones de mujeres Carmen Vargas y Clara Campoamor.

El drama de Amparo, aquella Amparo de 15 años que ya cantaba rockabilly por Granada con el grupo Correcaminos, era el de quien se siente presa perseguida por un lobo. «El lobo no es sólo el personaje masculino de la historia. El lobo es la culpa, el silencio, tus propios miedos que tienes que combatir. En el título, el lobo viene a representar toda esta parte oscura que tienes que conseguir anular, y buscar la luz. La niña, por otro lado, es la niña que siempre somos, porque aunque nos convirtamos en mujeres, y luego en ancianas, esa niña interior está siempre contigo. Es la inexperiencia y la confianza ciega. Para mí ha sido importante escribir este libro y dirigirme a esa niña que pasó esa situación. Incluso abrazarla y consolarla. Y decirle que ya pasó», matiza la vocalista.

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