Mural en el Mariana Pineda, obra de Pablo 'Nake'.

Un grafiti didáctico adorna el Mariana Pineda de Huétor

El proyecto fue idea de un padre de AMPA Veleta y el autor es Pablo ‘Nake’, famoso por su colaboración con El Niño de las Pinturas

E. TÉBAR

Martes, 7 de junio 2016, 23:29

El colegio Mariana Pineda de Huétor Vega presenta desde mayo una imagen similar a los barrios contenedores de arte de Berlín. Un mural elaborado a espray muestra escenas submarinas. ¿El autor? Pablo Ferrer Nake, grafitero de Cájar con veinte años de trayectoria en esta corriente subterránea que ha disparado a la fama a El Niño de las Pinturas. La iniciativa ya se ha hecho viral en Facebook.

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La idea surge de un padre de AMPA Veleta que conoce al artista. «Le ofrecimos venir al cole y hacer un grafiti en una pared para animar el centro». La asociación aprobó por mayoría el proyecto en asamblea (también la puesta en marcha de un rocódromo). Para sufragar los gastos llevan a cabo un sorteo con la colaboración de comercios de Huétor Vega. El Ayuntamiento aporta la pintura.

El mural se realizó en tres días. «El primer día, viernes, un grupo de padres voluntarios dieron la base de color azul, tal y como indicó el grafitero. El segundo y tercer día, tomó las riendas Pablo Ferrer, que es un grafitero de renombre y firma como Nake», explican los padres. Su ayudante fue Marta Flores, artista y profesora de dibujo. ¿El resultado? Más de 5.000 personas alcanzadas en Facebook al poco de su estreno.

«La dirección, profesores, alumnos, padres y madres que lo han visto, están todos encantados tanto con la temática como con cómo ha quedado. Incluso Pablo Nake ha recibido muchas felicitaciones por el trabajo». El artista barajó un boceto de vegetación terrestre y AMPA Veleta le pidió uno marino para comparar. «Nos gustó el boceto marino por su colorido y toda la temática», aseguran.

La sorpresa de los niños

Para Pablo Nake, en cambio, la espinita fue no estar presente en el momento en el que los niños se encontraron con la sorpresa. «Los chavales se fueron a casa el viernes y se lo encontraron hecho el lunes», comenta el artista, acostumbrado a que le salgan este tipo de trabajos «de manera salpicada». «Pintar murales no es mi oficio», aclara. «Lo hago con entusiasmo, aunque no es mi profesión». Y subraya un matiz: «Aunque todo el mundo habla de grafiti, esto es un mural. Hecho, eso sí, íntegramente con espray». ¿La mayor ilusión del creador? «Sin duda, que se trata de algo para los niños. Y que los padres se hayan puesto de acuerdo para convertirlo en una realidad».

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«Un mural de este tipo es necesario en un colegio», reflexiona Pablo Nake. «Es necesario para que los alumnos habiten un espacio con alegría. No es un capricho». El autor reconoce a su vez la opacidad del universo grafitero. «Es un grupo cerrado, con jerga propia. Antes se excluía al que venía de fuera. Hoy en día es un mundo más abierto y accesible. El interés del grafiti no es adornar, sino transgredir».

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