El instituto de Huétor Vega narra la 'distopía' de este siglo

El alumnado del IES Los Neveros de Huétor Vega ha afrontado una nueva convocatoria del Concurso Joven de Relato Corto 'Terrores Distópicos del Siglo XXI', organizado por el centro educativo en alianza con la concejalía de Juventud. Este pasado viernes por la tarde tuvo lugar la entrega de premios en el Espacio Joven del municipio, donde volvió a destacar el elevado nivel de los textos en las tres categorías. El acto contó con la participación del concejal de Juventud, Alejandro García, y del alcalde, Mario del Paso.

Cada una de las categorías obtuvo un premio dotado con 150 euros para el primero y 50 euros para el segundo. También se concedieron menciones honoríficas a los relatos que el jurado (formado por representantes del mundo de la cultura y la educación) estimó dignos de tal consideración. Los ganadores leyeron sus trabajos en público.

Para empezar, en la categoría de primero y segundo de ESO el primer premio fue para Aitana Ramírez Alonso por 'Giseida y su venganza'. El segundo, para Sofía Soler Rodríguez por 'Sembrando el camino'. Recibió una mención de honor Sara Tejada Girela por '¿Por qué a mí?'.

En la categoría de tercero y cuarto de la ESO, el primer ganador fue Jaime Carrasco Fernández por 'Sombras y roturas'. El segundo premio recayó en Paula Carneros Abadía por 'Cordura'. Además, Paola García Jiménez se llevó una mención de honor por 'La caída de España'.

Por último, el alumnado de mayor edad, el de primero y segundo de Bachillerato, cerró el acto con la recogida de sus premios. El primero, para Manuel Ruano Díez por 'Amaris'. Y el segundo, para Raúl Rodríguez Perea por 'Sentía la luz en su pecho desnudo'. También hubo mención de honor: para Naia Guerrero Marín por 'Piedad'.

Como indicaban las bases, la temática del relato versa «sobre los terrores distópicos del siglo XXI a tenor del incumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 y de la Unión Europea». En este sentido, el edil de Juventud mencionó la reciente catástrofe producida por la DANA en Valencia como ejemplo de las consecuencias del cambio climático. «Se trata de mejorar nuestro pueblo, principalmente, y con esos granitos de arena conseguir que la demás gente sepa que podemos contribuir a que el cambio climático no resulte tan feroz», apuntó García.

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