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Graham Gianelli organiza la carrera benéfica 'Eli Little Heroes' en Huétor Vega. DIEGO LUZ
«Huétor Vega me recuerda a mi pueblo en Inglaterra: gente acogedora y trabajadora»

«Huétor Vega me recuerda a mi pueblo en Inglaterra: gente acogedora y trabajadora»

Graham Gianelli ·

Profesor de inglés

EDUARDO TÉBAR

Domingo, 6 de octubre 2019, 09:39

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Tiene nombre británico, apellido italiano y una vida en Huétor Vega. Una mezcla que se traduce en sístole y diástole al hablar de fútbol: admirador de Jürgen Klopp, este año lleva a gala la Champions conquistada por el equipo de su tierra, el Liverpool, mientras sufre los domingos con su Huétor en Tercera. Pero lo que de verdad ilusiona todo el año a Graham Gianelli, casado con una española y al frente de la academia de inglés ELI, es la organización de la carrera solidaria 'Eli Little Heroes', que se celebra hoy en el municipio metropolitano. La iniciativa recauda fondos para una asociación con trazas de superhéroe, Capitán Antonio. Todo con tal de ayudar a los niños y niñas que luchan por superar un proceso oncológico en el hospital.

–¿Cómo se le ocurrió poner en marcha la carrera 'Eli Little Heroes' en Huétor Vega?

–Siempre hemos querido hacer un evento solidario en el pueblo. Unirnos con Capitán Antonio suponía el proyecto perfecto. Quedé varias veces con miembros de la asociación y nos pusimos manos a la obra. Cualquier proyecto exitoso tiene que contar con mucha gente detrás. No hubiera sido posible sin los patrocinadores y colaboradores. El apoyo del municipio ha sido fantástico. Además de Protección Civil y la Policía Local, nos sentimos muy afortunados de ver a tanta gente solidaria.

«No hay nada como pasear en bici con estas vistas de la Sierra»

–Participa gente desde lugares muy remotos...

–Tenemos el apoyo de gente de Córdoba, Sevilla, Madrid, Bilbao, Asturias, Valencia, Murcia, un club de corredores de Liverpool, así como participantes de Francia, Túnez e Italia.

–Precisamente, usted llegó a España como tantos otros: de Erasmus. Y fue con acento murciano.

–Hice el Erasmus en Murcia entre 2003 y 2004. Fue una experiencia increíble. Conocí a mucha gente de diferentes partes del mundo con quienes sigo en contacto. Hice las practicas en una oficina de Turismo en pleno centro. Es decir, tuve que hablar con los murcianos. No había otra. Nada de inglés. Así se aprende mucho mejor. Luego, tras terminar la carrera en Liverpool, me mudé a Huelva y después a Sevilla para trabajar en ELI, que forma una parte muy importante de mi vida. Ahí conocí a mi mujer. Trabajamos en el mismo centro en Sevilla, nos hicimos amigos y el resto es historia, como quien dice.

–¿Y los orígenes italianos que delatan su apellido? Seguro que hay una historia detrás.

–La hay. Yo nací en Liverpool y mis padres también son de allí. Pero es cierto que tengo sangre Italiana. Mi bisabuelo era de Lucca, en la Toscana. Vino a Liverpool en busca de trabajo y de una vida mejor. Abrió una tienda de 'fish and chips' en el centro de la ciudad, llamada 'Gianelli's'. Era bastante popular en la zona, con clientes famosos, como la cantante Cilla Black, amiga de los Beatles, quienes compusieron muchas de sus canciones.

«De aquí me gusta la comida, sobre todo las habas y las tapitas»

–De Huelva echará de menos el 'pescaíto' frito.

–2006 fue un año clave para mí porque encontré allí mi primer trabajo como profesor de inglés. Y sí, tengo muy buenos recuerdos de los 'choqueros' de Huelva, el 'pescaíto' frito y, sobre todo, la buena gente y amigos que hice en aquel tiempo.

–Pero lleva casi una década vinculado a Huétor Vega.

–Abrimos ELI en el año 2010, así que son casi diez años aquí, en Huétor Vega. Parece que fue ayer cuando abrimos nuestras puertas por primera vez. ¡El tiempo pasa más rápido al cumplir años! Al principio solo éramos mi mujer yo, con dos aulas nada más, y poco a poco nos hemos ido consolidando y creciendo. El año que viene también es una fecha importante, puesto que la empresa ELI cumple su cuarenta aniversario, ¡así que habrá doble celebración!

–¿Y qué le gusta de Huétor?

–Me encanta Huétor Vega. Siempre he pensado que tiene algo muy especial. Me siento conectado con la gente del pueblo. Desde el primer momento la gente nos han recibido muy bien. Es curioso, porque cuando montamos la academia no conocíamos a nadie. En poco tiempo hicimos muchos amigos. La gente nos ayudó. Me gusta también por la comida, las habas y las tapitas. Me recuerda mucho a mi pueblo en Inglaterra: gente trabajadora y acogedora.

«En Huétor se habla buen inglés, a los tres años son como esponjas»

–¿Qué tal es el nivel de inglés en el municipio?

–Yo creo que se habla buen inglés en Huétor. Vienen a la academia cada vez más niños pequeños, empezando a los tres años, y forma parte de su rutina semanal. Están cada vez más acostumbrados a hablarlo e intentar comunicarse. ¡Con esa edad son como pequeñas esponjitas y lo cogen todo al vuelo! Nosotros también nos esforzamos en trabajar en la formación de los profesores, y en mejorar y actualizar el material didáctico, ofrecer viajes al extranjero. Creo que todos estos factores influyen.

Aprender idiomas

–¿Cuándo aprendió español usted?

–Lo que cambió todo fue mi primera estancia en Valencia, con 13 años. Entendía muy poco, pero la gente me ayudaba. Solo eran dos semanas de intercambio pero, cogí el gusanito y quería aprender más. Realmente, siempre estás aprendiendo. Aprendo nuevas frases cada semana. Lo que me costó fue adaptarme a comer a las dos de la tarde, cuando en Inglaterra almorzamos a las doce del mediodía.

–Se le ve adaptado a Huétor Vega.

–Me encantan las fiestas patronales de San Roque, el Día de la Cruz y disfruté mucho del Día de la Bicicleta. Disfruto en bici con las magníficas vistas a la sierra. Me impresiona la oferta de actividades que hay durante todo el año en Huétor Vega.

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