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El mosto de Huétor Vega exhibió sus encantos en la quinta edición de la Fiesta de la Vendimia, el 13 de octubre, con la participación de los bodegueros locales.

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El mosto de Huétor Vega exhibió sus encantos en la quinta edición de la Fiesta de la Vendimia, el 13 de octubre, con la participación de los bodegueros locales. DIEGO LUZ

El valor culinario de Huétor Vega

El Museo del Vino abrió sus puertas y Huerta Cercada recuperó la uva en la Fiesta de la Vendimia

EDUARDO TÉBAR

Domingo, 13 de octubre 2019, 20:40

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«Esto va a más año tras año». Es curioso que todos los protagonistas de la Fiesta de Vendimia de Huétor Vega, consultados hoy por este periódico, hayan respondido con la misma frase. El evento crece. Lo afirman los bodegueros del municipio, famoso por el arraigo de su mosto. Y lo corroboraba el alcalde, Mariano Molina, al ver la explanada de Huerta Cercada llena debajo de un toldo gigante y repleta de mesas y sillas, cómoda novedad en esta quinta edición.

A diferencia de las Jornadas de febrero, gran escaparate de la cultura vinícola en la provincia (proyectadas ya en el ámbito nacional), Huétor Vega pretende ceder todo el protagonismo de esta iniciativa a los cosecheros locales. Es decir, a los que han mantenido viva la tradición y el hábito en el pueblo. Generación tras generación. Y desde tiempos inmemoriales. Como la bodega de Pepe 'El Corzo', que se remonta al siglo XIX. O Quilino, quien luce con orgullo el nacimiento de su marca en 1922.

Y entre copa y copa, las chacinas, el queso. En definitiva, el gusto de comer rico en la «frontera entre la nieve y la Vega». Los platos los poblaban las carnes de Roberto y los productos de Los Rebites, mientras que las copas tomaban el color de los caldos de los Márquez, los Velázquez, 'El Corzo', Quilino o Antonio García. Organizada por las áreas de Cultura y Turismo del Ayuntamiento, con la concejala Elisa González Pedraza al frente, la Fiesta de la Vendimia ha servido también para conocer el Museo del Vino de la localidad, cuyas puertas han estado abiertas, gratis, durante el evento.

A su vez, los visitantes han tenido la oportunidad de probar la paella en las barras del lateral. Una zona cedida a la Asociación Española Contra el Cáncer, colectivo que ha aportado postres caseros. Toda la recaudación de esta parte de irá destinada a su causa. La Junta Local celebrará su cena anual el 9 de noviembre en La Estrella.

«Todos los que estamos aquí somos cosecheros artesanos»

adolfo hitos, bodeguero particular

Los pequeños se afanaban en pisar la uva como si estuvieran en un lagar, junto a la prensa. Mecanismos rudimentarios que homenajean las técnicas artesanales con las que los hueteños han preservado el ritual del vino al degustar platos típicos. «Todos los que estamos aquí somos cosecheros artesanos. Es vino producido a la manera de antaño y para el disfrute de la familia y los amigos. Muchas veces, ni cobro por el vino, porque quienes vienen a verme son amigos», confiesa Adolfo Hitos.

Por su lado, José Miguel Arquelladas y su padre, Pepe 'El Corzo', explican la razón del éxito de la Fiesta de la Vendimia: «Se está convirtiendo en una costumbre. La gente responde, esto se ha llenado. No hay nada como el vino para acompañar a unas buenas chacinas, y más con los vecinos de Huétor». Mariano Girela, de Bodegas Quilino, aclara que «la intención de este evento es promocionar los vinos de Huétor de un año para otro». Reflexiones mientras servía vino semidulce, rosado, blanco y dos tintos de crianza (uno de 2016 y otro de 2018 con diez años de barrica).

Consagración del evento

Tente Márquez, triunfador en las Jornadas del Vino, valora el aumento de la calidad. «Todo se mima más, se elabora con mayor cuidado tanto la uva en el campo como luego en la bodega. Se nota que la gente ya va conociendo esta fiesta. Hay muy buen ambiente y se está a gusto. La gente viene a probar el vino, que es de lo que se trata».

Otros, como Manuel Velázquez, renacen con nueva denominación. Así surge la bodega La Umbría, en honor a la calle donde los suyos fraguaron esto. «Este nuevo nombre habla del verdadero origen de la bodega, que está en la calle Umbría, donde nos hemos criado. Lo que siempre hemos conocido como 'La Umbría' es donde se encontraban las bodegas de mi tío, mis primos y otros parientes míos. Creo que esta feria va a más cada año. Mejor organización. La posibilidad de pisar la uva como se hacía antiguamente atrae a los pequeños. Y los mayores pueden probar vinos de este año en riguroso estreno. Además, los vinos del año pasado están así más consolidados», reflexiona.

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