El colegio Nuestra Señora de las Angustias de Huétor Vega baila la Navidad con ritmo de charanga

El colegio Nuestra Señora de las Angustias de Huétor Vega no ha podido celebrar este año su habitual mercadillo navideño, una cita siempre esperada con ilusión por la comunidad educativa en estas fechas. Tampoco ha sido posible repetir la experiencia de la paella de fin de año, que fue todo un éxito en su estreno en 2019. Sin embargo, en este centro, capitaneado por un tipo tan inquieto como su director, Eduardo Ubago, no hay límites para la ilusión. Y el empeño en este 2020 ha consistido en diseñar una fiesta navideña segura y espaciada ante el Covid.

La amplia pista polideportiva ha sido el enclave de los festejos. Al fondo, un escenario para la Charanga Ponte Una Milnoh. Delante del combo musical, llenando el inabarcable ancho del recinto, los grupos de escolares; cantarines, exultantes y enfervorecidos con las canciones. Es la magia de la música en directo, en este caso con una irresistible resonancia metálica. Nadie se quedó sin bailar, sin brincar o sin agitar los brazos. Un regalo inolvidable en el que los más pequeños han pasado más tiempo del imaginable encerrados en casa.

El origen de esta iniciativa se remonta a las actividades que tuvieron lugar en noviembre dentro del marco del Día Internacional del Flamenco. Estos escolares de Huétor Vega tuvieron entonces la oportunidad de presenciar un repaso didáctico por diferentes estilos musicales, desde los más remotos orígenes hasta el reguetón. En esta ocasión, la demostración práctica de la 'brass band' Ponte Una Milnoh (el nombre ya invita a la distensión) ha supuesto un vendaval de ritmo, gracia y desparpajo. Música a pie de asfalto y destinada a desgastar suela. Como quien sigue hipnotizado a un peculiar saxofonista de Hamelín.

El repertorio de la Charanga, sin repetirse en ninguno de los tres pases, ha incluido villancicos como 'Jingle bells', 'Mi burrito sabanero' o 'Feliz Navidad', pero también guiños a dibujos animados de Disney u 'Oliver y Benji'. ¿El público? En primer lugar, infantil. Después, primero, segundo y tercero. Y a continuación cuarto, quinto y sexto. Un reparto equitativo de escolares, divididos a su vez con las vallas, para que ninguno de los grupos se mezclase.

«Este año no podemos organizar el mercadillo solidario ni montar una paella, pero pensamos en una alternativa para que se divirtieran los niños y niñas. Estamos pasando un mal tiempo. No está la cosa como para fiestas todos juntos, pero dentro de nuestras posibilidades es importante que los niños y las niñas disfruten, que bailen con sus amigos y pasen un rato bueno. El ambiente es festivo en el 'cole' porque ellos se lo merecen todo», explica el director del CEIP Nuestra Señora de las Angustias.

«Están pasando una época complicada. Qué menos que desde el colegio ofrezcamos un rato divertido para pasarlo bien y celebrar que llega la Navidad. No hemos podido organizar lo que normalmente hacemos y aún así hemos sacado nuestros calendarios solidarios», apunta Eduardo Ubago. Se refiere al 'photocall' que han montado este año en sus instalaciones. Cada uno de los escolares, así como el profesorado y el resto de trabajadores del colegio tendrá una foto especial de regalo. Todo ha sido posible gracias a la colaboración de la AMPA Sierra Nevada.

En Nuestra Señora de las Angustias se han tomado en serio la Navidad del año de los confinamientos. Han grabado tres cortometrajes, «uno de ellos dedicado a los abuelos, muy emotivo», recalca el director. Los alumnos y alumnas hacen de actores y este martes graban la última entrega. Además, se van a tomar las uvas con sus propias campanadas, que adelantan para compartir este momento tan emotivo. Y contarán con visita de los Reyes Magos. A lo que hay que sumar sus calendarios solidarios. No paran. Aún es reciente su conmemoración del Día de la Lectura o sus concursos de postales, relatos y dibujos. «Pretendemos que, pese a la dificultad de estos días, prevalezca un ambiente festivo», confiesa Ubago. Y vaya si lo han conseguido.