Barcelona, Tarragona y Sitges: así fue el viaje de fin de curso del Mariana Pineda de Huétor Vega

El viaje de estudios de sexto de primaria es una tradición en el colegio Mariana Pineda de Huétor Vega. Los alumnos y alumnas llegan al último curso con las ilusiones puestas en realizarlo. Así, pasaron cinco días, del 13 al 17 de mayo, entre Barcelona, Tarragona y Sitges, con múltiples y variadas actividades.

Hacer un viaje en avión a otra comunidad de nuestro país sirve para aprender sobre otros lugares, valorar su cultura, sus costumbres, paisajes, sus fiestas, sus gentes, y comparar con la realidad local para mejorar la relación con el medio, ya sea cuidando o mejorando lo que tenemos a nuestro alrededor. Esa es la finalidad que se planteó el centro educativo hueteño.

Con las mochilas llenas de ilusiones, el lunes 13 de mayo, el alumnado de sexto de primaria partió desde el aeropuerto de Granada hacia Barcelona. Un gran viaje que mezcló diversión, cultura y convivencia para poner punto y final a una etapa en la vida de estos alumnos en este colegio.

Fueron cinco días intensos, llenos de excursiones tanto didácticas como lúdicas. El lunes, aeropuerto y traslado hacia el centro de la ciudad de Barcelona. A la llegada a la ciudad condal tocaba el turno de las visitas por algunos de los puntos más emblemáticos de la urbe: Las Ramblas, plaza Cataluña, Puerto Olímpico, panorámica desde el parque Montjuïc. A continuación, traslado al hotel, en la Costa Dorada, llegada, distribución de habitaciones, cena y alojamiento.

El martes, salida en autobús hacia Tarragona, donde pudieron admirar el Anfiteatro Romano, que fue construido a finales del siglo segundo después de Cristo en un espacio que había sido un área funeraria. Durante el imperio de Heliogábalo, en el anfiteatro se llevaron a cabo diversas reformas. Vuelta por las murallas de la ciudad y un paseo por su casco antiguo. Por la tarde, visita a Sitges: el precioso museo del Cau Ferrat y, cómo no, su maravillosa playa.

El miércoles, traslado al Monasterio de Santes Creus, uno de los más grandes de Europa, que alberga un valioso patrimonio histórico y artístico, y que en 1921 fue declarado monumento nacional. De ahí, a la Cueva de Font Major. La actividad humana prehistórica en este lugar es evidente. Una parte del interior de la cueva está habilitada como museo, único en el mundo de estas características. Una experiencia sin igual en un ambiente que respira el paso de los siglos.

Por la tarde, playa de Cubelles, donde el alumnado de Huétor Vega disfrutó de lo lindo. Una experiencia sin parangón. Los escolares disfrutaron en una bolera dentro de un gran salón de juegos recreativos y, tras la cena y en velada, bailaron hasta que el cuerpo aguantó.

El jueves, excursión a PortAventura. Un día inolvidable de entretenimiento en el parque temático, donde conocieron los cinco fascinantes mundos en los que se divide: Mediterráneo, Polinesia, China, México y Far West, además de disfrutar de las diversas y originales atracciones que en él se ofrecían. Almuerzo en un restaurante dentro del recinto. Luego, regreso al hotel, cena y a descansar.

Y llegó el viernes 17 de mayo. Tras desayunar y recoger bártulos y regalos, el alumnado hueteño acudió al Oceanográfico, con una visita de lo más interesante a la exposición itinerante 'Human bodies'. Resultó un viaje conmovedor al interior del cuerpo humano. Luego, aeropuerto de Barcelona, trámites de facturación y embarque con destino Granada. La llegada a Huétor Vega suponía el fin del viaje.

¿Comentarios de los chicos a la vuelta? «Con mis compañeros ha ido todo genial, no ha habido ningún problema entre nosotros. Chicos y chicas de las dos clases lo pasábamos fenomenal juntos. Todo eran risas», dice uno. «El viaje de estudios ha sido la bomba, lo mejor de lo mejor. Le daría matrícula de honor», apunta otro.

¿Más balance? «PortAventura es el parque más chulo, nos montamos en todo y se nos hizo corto». O esta reflexión: «He aprendido un montón de cosas que nunca olvidaré. Quisiera vivirlo otra vez». «Muchas gracias a mis profesores por preparar un viaje de estudios tan maravilloso», añade otro del grupo. Fueron cinco días intensos, emocionantes, únicos pero no irrepetibles, ya que seguro que a lo largo de sus vidas volverán y añorarán el viaje de fin de curso 2018-2019.