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Paz de Manuel, cantaora: “Morente era el poeta del flamenco”

Paz de Manuel, cantaora: “Morente era el poeta del flamenco”

 

EDUARDO TÉBAR

Miércoles, 20 de abril 2016, 07:42

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Canta con desgarro para recibir la dádiva del aplauso. La cordobesa Paz de Manuel (Priego, 1983) es una de las voces más pujantes del flamenco que nace y se retuerce en Andalucía. Esta noche actúa en la Peña La Parra de Huétor Vega (22.30 horas) arropada por su inseparable guitarrista, el joven y prodigioso Alberto López. Paz promete un recital vibrante y con alguna sorpresa. ?Tuve la suerte de vivir aquí siete años y siento Granada como algo mío?, confiesa la artista.

¿Usted también ha mamado flamenco desde la cuna? He de decir que mi madre quiso ser bailaora, pero le tocó vivir una época difícil en todos los sentidos. Ella llenó mi casa del cante del maestro Fosforito, José Menese o Lole y Manuel, entre otros grandes de la época. Dice que aprendí a cantar antes que a hablar, aunque no lo haya hecho profesionalmente hasta ahora.

Llega en plena ebullición. ¿Se siente como esos cohetes que están en pleno ascenso? Bueno, prefiero que los ascensos de este tipo vayan a la velocidad de un coche de caballos. Una vez me dijeron que en esto del flamenco los pasos deben ser como en la nieve, cortos y profundos. Este mundo es duro y difícil, y estamos casi predestinados a caer más de una vez. Cuánto más rápido se vaya, más dura será la caída. Prefiero ir paso a paso, disfrutando y aprendiendo, y enamorándome cada día de lo que hago.

¿Hay disco a la vista? De momento es algo que no me planteo. Supongo que esas cosas llegan con el tiempo. Para todo cantaor o cantaora debe ser una consecuencia y una necesidad, pero hay que sentir que ha llegado ese momento y creo que el mío aún está por venir.

Se prodiga en palos festeros: tangos, alegrías, soleás? Siempre digo que soy de cantes serios. Para mí los palos por excelencia son la soleá y la seguiriya, aunque hay uno que quizás sea el que sentimentalmente más me llene: la granaína. También me miro en el espejo gaditano porque vivo en Jerez, así que los cantes de aquella tierra cada vez cobran más sentido para mí.

Aunque interpreta a su vez martinetes, seguiriyas, malagueñas y fandangos de Huelva. ¿Hay mucho que investigar ahí? El flamenco es un arte de transmisión directa a lo largo de su historia. Detrás de cada palo, hay un mundo por conocer. Si solo nos centrásemos en los estilos de soleá, tendríamos para llenar todas las páginas de este periódico. Los nuevos en esto tenemos la suerte de poder ?aprovecharnos? del trabajo de muchos grandes conocedores y expertos en flamenco, que han hecho que hoy el flamenco se pueda estudiar y le han dado el sitio que se merece.

Me soplan que hasta se suelta con Lole y Manuel por bulerías. ¿Cómo responde el público ante semejante melocotonazo? Para mí, Lole y Manuel es la conexión directa con mi infancia. Curiosamente, la primera vez que canté sus bulerías, tuve una experiencia preciosa. Pude viajar en el tiempo con muchas de las personas que ocupaban las butacas del teatro y devolverles muchos recuerdos a todos ellos. Pero, sobre todo, nunca olvidaré la cara de mis padres y hermanas, que aquel día se encontraban entre el público, porque llevaban mucho tiempo pidiéndome que cantase alguna de las bulerías de Lole, y aquella noche quise hacerles ese pequeño regalo.

Ya sabe que en el flamenco hay choques entre el purismo y la heterodoxia. ¿Le atrae la fusión? Me atraen las cosas bien hechas. En el flamenco está todo inventado, pero caben nuevas ideas respetando siempre lo que se hace. Pienso que se puede innovar desde la pureza más absoluta.

Le acompaña el tocaor Alberto López. ¿Cómo surgió la magia entre ambos? Es difícil conocer a Alberto López y que no surja esa magia de la que habla. Es un músico con mayúsculas. Es una persona que tiene una sensibilidad para tocar y crear fuera de lo común. Es pura trasmisión y puro corazón en todo lo que hace. Alberto es mi pilar en el flamenco. Me lee el pensamiento en el escenario y me enseña algo cada día fuera de él. Qué suerte tiene Granada de contar con un artista así.

En tiempos de crisis, ¿anda sobrada de ilusión? Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Pues yo le añado la ilusión. Sin ella estamos vacíos y desmotivados. Creo que es imprescindible en la vida, porque es la que nos coge de la mano y nos empuja a seguir adelante en los momentos malos. La ilusión nos mantiene vivos y es lo único que no pueden quitarnos.

Viene a Huétor Vega. ¿Qué le atrae del cante de esta zona? Siempre digo que la mitad de mi corazón se quedó en esta ciudad. Volver aquí es reencontrarme con una ciudad en la he sido inmensamente feliz y a la que no me cuesta mucho volver por la nostalgia tan grande que siento. Creo que Granada ha aportado al flamenco uno de los palos más bellos, tanto en el cante como en el toque: la granaína. Además de uno de los estilos de tangos de mayor lucimiento en el cante.

No me puedo resistir a preguntarle por Morente. Como diría mi gran amigo el flautista flamenco Sergio de Lope, Morente era el poeta del flamenco. Él fue quien más bebió de la poesía para expresar el cante. Fue purista al cantar por el Maestro Chacón, algo que muy pocos cantaores pueden hacer, y absolutamente innovador en su disco ?Omega?. Un cantaor de contrastes. Morente fue un genio irrepetible.

¿Planes de futuro? La palabra futuro me da muchísimo respeto. Ahora mismo mi principal objetivo es seguir aprendiendo. Tengo la suerte de trabajar en varios proyectos con buenos compañeros y mucha energía para seguir adelante, luchando por este sueño flamenco del que nunca quiero despertar.

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