«Mi primer contacto con la magia lo tuve en los recreos de las escuelas de Huétor Vega»

¿Qué sintió al presenciar su entierro en la televisión inglesa?

El día que lo grabé llovía tanto en Londres que se estaba más a gusto dentro del ataúd que afuera. El resultado fue muy bueno. Y cuando fui a felicitar a los productores por haber encontrado actores con pinta de enterradores, me dijeron que eran enterradores de verdad.

¿Tenemos algo que envidiar a los anglosajones?

Grabar en Londres me ha ayudado a valorar lo bien que se trabaja en España. Allí tienen más medios, más personal, pero la capacidad para sacar el máximo rendimiento con medios modestos y el altísimo nivel que tienen los profesionales de televisión en España no lo he visto en ningún otro lugar del mundo.

¿Maga o ilusionista?

Los dos por igual.

¿Es verdad que Errejón le pidió cortarle la coleta a Pablo Iglesias?

(Carcajada) ¡Un mago nunca desvela sus secretos! Todo empezó con Luis María Ansón, que vino a ver Magic Room, el espectáculo que represento en el Hotel Petit Palace Santa Bárbara de Madrid. Ansón, que es un travieso, anda enredando a Errejón y a Iglesias para que vengan a verme. En el fondo, lo que quiere es que los políticos se contagien un poco de la magia.

¿El peor espectador es el que intenta pillarle en cada juego?

¡No! Gracias a esos espectadores, los magos trabajamos y desarrollamos nuevos métodos más exigentes. Nos gusta jugar con ellos, hacemos que sospechen una cosa y que luego suceda otra.

Se ha especializado en «magia de cerca». ¿En qué consiste?

Es magia que sucede a escasos centímetros del espectador, generalmente con elementos pequeños, cotidianos. Los espectadores están tocando los objetos y participando de todo lo que hago. El milagro sucede delante de sus narices.

Usted se desenvuelve en la tele y en salas de pequeño aforo.

La magia puede suceder en todas partes. Y en España el nivel es altísimo. Somos pioneros a nivel mundial. Allí donde haya ojos con ganas de asombro habrá magia. En televisión, salas, festivales, teatros e incluso en la habitación de un hotel, como en el caso de mi Magic Room.

Desde el boom de Juan Tamariz hemos asumido que la magia en España es cosa de hombres.

Que sea cosa de hombres se remonta a los orígenes de la magia. Pero en Madrid también estoy realizando unos talleres de magia para los más pequeños y la tendencia está cambiando. Cada vez acuden más chicas interesadas en practicar el arte de la magia.

Entre tanto, saca tiempo para volver a Huétor Vega.

Me encanta ir a Huétor Vega siempre que puedo. Cuando estás lejos, cada vez lo echas más de menos. Tengo seis sobrinos y siento que me gustaría venir más menudo. Las fiestas de San Roque no me las pierdo nunca. Ya se puede caer el cielo, que siempre voy. Me encanta reencontrarme con amigos y conocidos.

¿Fue en su infancia hueteña cuando tomó contacto con la magia?

¡Sí! Mi primer contacto lo tuve en las escuelas de abajo, junto a la iglesia. Allí, en cada recreo, le tiraba de la chaqueta a mi profesor, don Eduardo, para que una y otra vez hiciera desaparecer una moneda en su codo. Hace poco me pasé por el colegio Virgen de las Angustias para hacer magia por las clases de mis sobrinos. La experiencia fue increíble porque estuve en las mismas aulas a las que yo iba cuando era niña y soñaba con ser maga.