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Las hueteñas posaron delante del fiego.
Huétor Vega impulsa un San Juan desde las alturas

Huétor Vega impulsa un San Juan desde las alturas

La hoguera gigante del recinto ferial ofreció espectáculo con vistas privilegiadas

DIEGO LUZ

Viernes, 24 de junio 2016, 18:16

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No era la Roma de Nerón ni el coloso en llamas, pero se parecía. El recinto ferial albergó un fuego gigante y multitudinario en Huétor Vega. La hoguera de San Juan acogió los deseos y las ganas de fiesta de un millar de vecinos, que se unieron a la larga tradición de celebrar la noche más corta del año. Papeles con propósitos de cambio, ambiente de jarana y espíritu de unión. El pueblo vivió la velada más supersticiosa y divertida a modo de despedida de la primavera.

Todo a favor para seguir el ritual del solsticio de verano. Una ceremonia mágica que se celebra desde hace siglos en honor a San Juan Bautista. La hoguera del ferial iluminó el mar de luces desde la Cuesta de las Cabras, con las casas de Mundo Nuevo y el horizonte de la vega granadina al fondo. El aire se impregnó de olores, de festejo y de culto a los sentidos. Además, sí, la Eurocopa dio tregua para hacer vida social y unirse en torno a las llamas. Y aroma de brasas, porque los voluntarios del Comité de Fiestas no pararon hasta agotar casi un centenar de kilos de bocatas.

Ambiente fantástico

Todavía lucía el sol a las nueve y media. El momento adecuado para comenzar los pasos y no dejar escapar las energías fantásticas. Este año, como en el anterior, los más impetuosos no pudieron saltar la llama debido al cordón protector. Cuenta la leyenda que así se cumplen los deseos. Sin embargo, el personal de Protección Civil ayudó a trasladar a la hoguera los papeles con los propósitos de los hueteños.

Tras la barra, rostros conocidos. La pachanga musical en vivo y la parrillada animaron la escena en una noche de jueves para dar la bienvenida al verano. La fecha entre semana propició que algunos se retiraran a media noche, como cenicientas obedientes. «Mañana hay que trabajar, que si no, nadie nos sacaba de aquí», apuntaba Antonio Girela.

La otra cara de la moneda la representaban grupos de amigas como el formado por Marta García, Carmen Salgado, Sonia Blanco, María Jesús Aceituno y Tamara Ruiz. «Aún no hemos terminados los exámenes, pero después de la feria del Corpus nos quedamos con ganas de más fiesta. Nada mejor que una juerga en nuestro pueblo, Huétor Vega, y además esta noche es especial porque hemos lanzado el deseo de acabar bien el curso», comentaban.

En familia

Padres e hijos. Mayores y pequeños. Y muchas, muchas pandillas de hueteños. Federico Molina optó por llevarse las sillas de playa para contemplar el fuego con los suyos. Matías Ortiz, con su novia, Natalia Sánchez, prefirió relajarse, cerveza en mano, tras una intensa sesión de cumbia y baile efusivo.

Ah, este año hubo menos palos para los selfies y se vieron muy pocas chaquetas: se resiste el fresquito hueteño. Respecto a la fuente musical, lo de McGregor es tremendo. El cantante hueteño derrochó una capacidad encomiable para poner a los vecinos a bailar en el recinto ferial. Incluso hubo coreografías. Su principal herramienta es esa voz: un timbre popular, de conexión inmediata con la memoria colectiva y el sabor a pueblo. Nadie canta como él ese Vals de las mariposas. ¿Lo demás? Cacharrería de verbena y hits infalibles. Luego, en la intimidad, lo suyo es el rock.

El cristianismo asimiló la tradición de origen pagano, como muchas otras, y la adaptó a su calendario, motivo por el que la costumbre de prender las hogueras quedó unida al nacimiento del Bautista: como esta efeméride está marcada el día 24, en algunas localidades españolas se celebra entre el 23 y el 24 de junio y en otras, en la del 24 al 25. La de Huétor Vega, entre todas, fue la hoguera de las alturas.

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